La
situación de la economía en Ciudad de La Habana, evaluada en su
dimensión más integral, refleja este año incrementos en no pocos
indicadores de mucho peso.
El pleno del Comité Provincial del Partido, que sesionó este
domingo, mostró, en cambio, su inconformidad al estimar que esos
resultados pueden ser superiores. A tal conclusión se llegó tras el
debate que suscitaron algunas intervenciones huérfanas de rigor y
con un enfoque parcial, entre ellas la referida al uso de las
tierras en las Cooperativas de Crédito y Servicios (CCS) de la
provincia.
Los dirigentes del Partido consideraron que en la sustitución de
renglones importados la producción de alimentos es imprescindible y
en los planes de varias industrias y otros centros existen reservas
sin explotar. De igual modo subrayaron, que si bien los portadores
energéticos en el territorio y en las entidades de subordinación
local, mejoran la relación entre el consumo y lo que producen, queda
bastante por hacer en materia de eficiencia.
Corresponde a los núcleos en la base, a los órganos intermedios y
a toda la militancia, afirmó Pedro Sáez Montejo, miembro del Buró
Político y primer secretario del Partido en la capital, participar
en la elaboración y discusión de los planes, comprobar si estos son
reales e impedir que el conformismo, la burocracia y la rutina se
impongan
Alertó sobre el peligro de no profundizar en las causas de las
dificultades, dejarse arrastrar por un falso optimismo e
interiorizar acerca de la responsabilidad que asume la capital de
todos los cubanos, con la Revolución y el país.
Los miembros del Comité Provincial insistieron en la urgencia de
prepararse más, estar actualizados, desterrar estilos y vicios de
dirección anacrónicos y actuar sin concesiones ante cifras que
ofrezcan una imagen edulcorada.
El Partido, dijeron, tiene que ser un tenaz defensor del ahorro,
no justificar el consumo y seguir atentamente la aplicación de los
diferentes sistemas de pago. En este capítulo los especialistas
detectaron ilegalidades al realizarse pagos por sistemas no
aprobados.
Estamos en presencia, explicó Sáez, de una crisis económica
mundial de la cual Cuba no escapa y por eso en coyunturas como estas
debemos prepararnos para lo peor. Cortes en el programa
inversionista que implican a varios sectores y paralización de
programas constructivos no imprescindibles en la actualidad,
reflejan el grado de las limitaciones financieras.
El pleno abogó por tener en las obras el personal estrictamente
necesario. Se conoció que más de 4 000 constructores de otras
provincias que trabajaban en la capital, en calidad de albergados,
retornaron a sus lugares de origen.
Como nunca antes, precisó el dirigente partidista, la misión es
no gastar más de lo que tenemos, ser celosos guardianes de los
recursos, utilizar los inventarios no ociosos (hoy en almacenes)
destinados a construcciones que se paralizan, erradicar la
chapucería, imponer la calidad mediante controles estrictos y
disminuir los presupuestos de gastos.
Decir transformación, puntualizó, es asegurar que nuestra
militancia y las organizaciones de base, cuadros profesionales o no,
tengan la fuerza que necesita el Partido, con suficiente influencia,
como para cambiar la manera de actuar y de trabajar. No hay otra
alternativa, enfatizó.