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El Grupo de Río condenó hoy el golpe de Estado perpetrado en
Honduras, y ratificó su respaldo incondicional al único presidente
de dicha nación centroamericana, José Manuel Zelaya.
La declaración final de la reunión de emergencia sostenida por
los países miembros en esta capital se rehusó a reconocer al
gobierno de facto instaurado ayer en Tegucigalpa.
Los miembros de este mecanismo consideraron que la asonada
perpetrada el pasado domingo en Honduras es un atropello a los
pueblos y la democracia latinoamericana.
Denunciaron en particular la violencia y arbitrariedad con que
fue secuestrado Zelaya, cuyo mandato es el único que reconocerán los
miembros del Grupo de Río.
Reiteraron su respaldo al Presidente constitucional de Honduras,
y reclamaron su restitución inmediata e incondicional en el cargo
conferido por su pueblo por las urnas.
Además, la declaración consideró "indispensable" garantizar la
libertad de expresión y la integridad física de los periodistas en
Honduras, varios de los cuales fueron arrestados por difundir la
represión contra las manifestaciones de resistencia pacífica.
El Grupo señaló que la toma de posesión de Roberto Micheletti
como presidente de facto carece de legitimidad, y tampoco reconoce
ningún funcionario designado por el gobierno impostado.
Los firmantes instaron a los militares hondureños a subordinarse
al único comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, Zelaya, y
exigieron a los golpistas que respeten los derechos humanos y las
garantías constitucionales.
Acordaron además la creación de una delegación de representantes
presidenciales que investigue los crímenes perpetrados por los
golpistas, y llamó a la Organización de Estados Americanos a adoptar
soluciones drásticas para restituir la democracia en Honduras.
El Grupo de Río permanecerá en consulta permanente hasta que el
único presidente constitucional de Honduras sea incondicionalmente
restituido.