.— La Asamblea General de la
Organización de Estados Americanos (OEA) discutirá mañana la
situación de Honduras, tras el golpe de Estado perpetrado contra el
presidente constitucional de esa nación centroamericana, Manuel
Zelaya.
El debate de la máxima autoridad de la OEA tendrá lugar luego de
la reunión este domingo de su Consejo Permanente de embajadores, que
condenó la acción de los militares y sectores oligárquicos
hondureños contra el orden constitucional y el Estado de Derecho.
De manera unánime, los participantes en el Consejo reclamaron a
la OEA condenar enérgicamente a los golpistas y exigir la
restitución de Zelaya.
Según recordó el embajador de Venezuela en el organismo regional,
Roy Chaderton, la situación trasciende la coyuntura de un país,
vuelven fantasmas del pasado que nos hacen temer retrocesos en la
región, si se permite la impunidad y este nuevo golpe de Estado.
El diplomático recordó los procesos golpistas contra los
gobiernos constitucionales de Guatemala, Chile y Venezuela, y cómo
la OEA guardó silencio en esos tristes momentos, que llevaron
incluso a la muerte al mandatario chileno, Salvador Allende, y al
derrocamiento del proceso democrático desarrollado por Jacobo Arbenz
en Guatemala.
Quienes llevan adelante el golpe en Honduras, denunció, son los
mismos de siempre, el sector empresarial temeroso de reformas que
les quiten sus privilegios y los dueños de los medios de
comunicación, acompañados por los gorilas (la cúpula militar).
Estos hechos, indicó, repiten la historia de lo ocurrido en
Venezuela para tratar de derrocar al presidente constitucional Hugo
Chávez.
De acuerdo con la Carta Democrática Interamericana, aprobada en
Lima, Perú, el 11 de septiembre de 2001, el gobierno de facto
instalado ilegalmente en Honduras carece de legitimidad para enviar
representante a la cita de este martes en la OEA.
Si Zelaya continúa sin ser restituido en la presidencia, el
gobierno instalado en Tegucigalpa después del golpe quedaría
marginado del sistema interamericano, según estimó el secretario
general de la OEA, José Miguel Insulza.