Precisamente en esa céntrica instalación, en la que aún se
conserva intacta la habitación donde residió el escritor, un
reciente coloquio estuvo dedicado al aniversario 110 de su
natalicio, el 70 de su residencia en Cuba, el 80 de la novela
Adiós a las armas y el 55 del otorgamiento del Nobel de
Literatura.
En el encuentro, que contó con la participación de especialistas
de Cuba, Estados Unidos e Italia, destacó la presencia de la
curadora de la Colección Hemingway de la Biblioteca y Museo John F.
Kennedy, Susan Wrynn, quien brindó una pormenorizada exposición
sobre los documentos históricos relacionados con la "leyenda
Hemingway", preservados en esa institución, y se refirió a la
cooperación mantenida con expertos cubanos que han contribuido a
conservar su legado en Finca Vigía, donde residió por 21 años.
La experta estadounidense, en entrevista con Granma,
señaló que entre los documentos más preciados que alberga la
Colección Hemingway se encuentran los manuscritos escritos por su
puño y letra.
"Aquí guardamos materiales —explica— que tienen los posibles
títulos de sus obras en la letra de Hemingway. Por ejemplo en lugar
de Adiós a las armas el pensó en nombres como Amor en la
guerra, Tristeza por placer, Si hay que amar,
La retirada de Italia, Cada noche y todo, El avance de
los patriotas, entre otros. Eso demuestra las diferentes formas
en que él pensaba desarrollar sus historias".
Quizás ningún escritor haya mantenido una relación tan fiel con
las cámaras como el autor de París era una Fiesta. Solo con
las fotos que visten su leyenda, en las que aparece como cazador,
pescador de agujas, aficionado de las corridas de toros, boxeador,
soldado o corresponsal de guerra, "Papa Ernest", como lo llamaban
sus amigos cubanos, pudiera disfrutar de su propio Louvre
fotográfico.
"Nosotros atesoramos más de 10 000 fotos desde los primeros años
de su infancia. En ese entonces su mamá, Grace Hall, le llenó cuatro
álbumes con sus fotografías. También guardamos el diario de la
enfermera Agnes H. von Kurowski"— quien más tarde se convertiría en
la modelo que le sirvió de protagonista de Adiós a las Armas—
imágenes tomadas en Cuba y una muy buena selección de recortes de
periódicos, con algunas de las críticas que se publicaron a varias
de sus obras.
"Tenemos otros materiales que todavía no hemos catalogado que
incluyen, por ejemplo, recibos del Hotel Ambos Mundos, sus
pasaportes, relojes y un increíble boceto de Hemingway hecho por el
maestro Gattorno", explica Susan.
La colección Ernest Hemingway del Museo Presidencial John. F
Kennedy recibe diariamente la visita de estudiantes e investigadores
interesados en conocer con mayor profundidad la vida y obra del
escritor, interés que ha aumentado después de que enriqueció su
catálogo con copias de los documentos facilitados por Finca Vigía,
en cuya labor de conservación han participado técnicos cubanos y
estadounidenses.
Para Susan este ha sido un "proyecto maravilloso que hemos
logrado materializar. El intercambio entre especialistas de ambas
naciones ha dado frutos magníficos. A mí personalmente me gusta
mucho trabajar con investigadores cubanos, puesto que poseen una
elevada preparación. Por todo este trabajo y más, hay que volver a
dar gracias a Hemingway".