LA PAZ, 28 de junio (PL).— El gobierno boliviano anunció hoy que
no reconocerá a ninguna administración en Honduras que no sea la de
Manuel Zelaya, y demandó su restitución inmediata e incondicional en
el cargo.
Según una nota del Ejecutivo, Bolivia rechaza de manera enérgica
y absoluta las acciones violentas perpetradas por militares con en
fin de interrumpir el proceso democrático en el país
centroamericano.
También denuncia el silenciamiento de los medios de comunicación,
la restricción a los derechos fundamentales, a los servicios
básicos, la violencia, el secuestro y el asalto armado a la
residencia del presidente Zelaya.
Esas acciones son prácticas propias de las dictaduras militares
del siglo pasado que suponíamos superadas en el nuevo milenio,
sostiene el documento.
Tras conocer lo ocurrido en Honduras, el gobierno boliviano hizo
un llamado urgente a los organismos internacionales, movimientos
sociales y a todas las fuerzas democráticas del mundo a repudiar el
golpe militar en ese país.
En conferencia de prensa en el Palacio Quemado, el jefe de Estado
Evo Morales expresó su preocupación por los acontecimientos en la
nación centroamericana a los que consideró como una aventura contra
la democracia y la voluntad del pueblo.
Subrayó que el secuestro de Zelaya ocurrió el mismo día en que
estaba programada una consulta popular para la posible convocatoria
a un referéndum de reforma constitucional.
"Los pueblos tienen derecho a decidir con su voto cambiar
políticas, cambiar constituciones, cambiar leyes", dijo Morales en
referencia a la intención del mandatario hondureño.
Destacó que en los tiempos actuales se deben buscar vías para
perfeccionar las democracias y pasar de la representativa a la
participativa mediante las encuestas, los referendos y la consulta
al pueblo.