QUITO, 28 de junio (PL).— La desesperación de las elites
hondureñas ante el despertar del pueblo generó el brutal golpe de
Estado contra el presidente constitucional de esa nación, Manuel
Zelaya, afirmó hoy el mandatario ecuatoriano, Rafael Correa.
Se trató de una acción burda, "han caída en la más absurda
brutalidad, como es un golpe de Estado al estilo de los años 60, de
la forma más rudimentaria contra un gobierno legitimo,
constitucional y democrático, resaltó Correa en rueda de prensa
antes de viajar a Managua, Nicaragua".
Puntualizó Zelaya buscaba consultar sin poder vinculante al
pueblo para ver si quería una Asamblea Constituyente para elaborar
una nueva Constitución.
Sin embargo, destacó que esta propuesta fue distorsionada por
muchos medios de prensa, y redujeron esa proposición a que sólo
desea reelegirse.
El mandatario rememoró que aquí se distorsionó el objetivo de la
convocatoria a la Constituyente y la oligarquía intentó engañar a la
ciudadanía.
Tras reiterar su condena a la asonada golpista en Honduras,
reclamó el retorno a la institucionalidad en esa nación y la vuelta
al poder del jefe de Estado Manuel Zelaya.
"Hemos ratificado de parte del Gobierno ecuatoriano nuestro total
y absoluto rechazo a esta brutalidad infame de la oligarquía de
siempre, y de ciertas Fuerzas Armadas que nunca han estado con su
pueblo, sino con los poderes fácticos", enfatizó.
Acompañado del canciller ecuatoriano, Fander Falconí, y el
ministro para la Política, Ricardo Patiño, Correa asistirá en
Managua a una reunión extraordinaria de la Alianza Bolivariana para
Nuestra América (ALBA) y a una cumbre del Grupo del Río, convocada
para mañana en esta ciudad.