.— El presidente Barack
Obama reconoció hoy que la situación de los programas de cuidados
médicos en Estados Unidos es insostenible y el gobierno debe actuar
al respecto.
Se trata de algo preocupante, y si no intervenimos el asunto
podría ponerse peor, subrayó el jefe de Estado al defender una vez
más ante el Congreso una iniciativa de reforma integral en salud
pública.
En su mensaje radial de los sábados, el Ejecutivo apuntó que su
administración ha trabajado durante meses con interesados en la idea
en ambos partidos norteamericanos y ha visto voluntad de cooperación
y compromiso.
En todos los ángulos del debate emerge la conclusión de que es
imperativa una modificación en el sistema nacional de los seguros
médicos, remarcó el gobernante demócrata.
Obama reiteró que la Casa Blanca busca alternativas para costear
el programa sin adicionar débitos al ya gigantesco déficit federal
de Estados Unidos, y dos tercios de la financiación se logrará por
recolocación de capitales.
La secretaria de Salud y Servicios Humanos, Kathleen Sebelius,
anunció el pasado miércoles que la Oficina Oval está lista para
escuchar nuevas propuestas sobre la reforma de los cuidados médicos.
En carta enviada a legisladores, Sebelius indicó que el
Presidente aceptó escuchar sugerencias para resolver el litigio
acerca del financiamiento de la planificada reforma integral de
salud en el país.
La funcionaria instó al Comité de Energía y Comercio de la Cámara
de Representantes a impulsar la aprobación de un presupuesto de un
billón de dólares destinado a extender la cobertura de seguro a 50
millones de ciudadanos.
Parlamentarios habían considerado una opción rechazada hasta el
momento por el gobierno gravar beneficios monetarios proveídos por
empleadores-, sin embargo el testimonio de Sebelius augura un cambio
de opinión de Obama.
En Estados Unidos no existe como ley la salud pública social, a
excepción del Medicare para mayores de 65 años y el Medicaid, un
seguro federal para familias de bajos ingresos.