Mermas en las reservas
de gasolina en Estados Unidos, acciones rebeldes en Nigeria y
optimismo porque la recesión global está cediendo provocaron esta
semana altibajos en el mercado petrolero.
El barril de crudo se movió entre los 69 y 71 dólares, aunque
este viernes en los inicios de la jornada superó la barrera de los
171 dóláres, para luego terminar a la baja por noticias pesimistas.
Durante la última sesión de la semana un grupo de compradores
adoptó una postura especulativa tras las declaraciones de la Reserva
Federal estadounidense acerca de que la crisis económica limitará la
inflación este año.
En los últimos meses, los inversionistas compraron muchos
barriles de petróleo para protegerse ante la debilidad del dólar, lo
que ayudó a colocar los precios del crudo en su mayor nivel en ocho
meses, pese a un sobre abasto considerable en Estados Unidos.
También la turbulencia política en Irán y Nigeria presionó sobre
los precios. Ambos países son grandes productores de petróleo, y una
conflagración en Irán afectaría las exportaciones de millones de
barriles de petróleo en el Golfo Pérsico, apuntaron los analistas.
En el caso de la nación africana, según las propias petroleras,
sus exportaciones en las últimas semanas disminuyeron en unos 300
mil barriles diarios, lo que supone que vende un total de 1,3
millones de barriles al día, mucho menos de su cuota habitual.
Al mismo tiempo la tasa de ahorro estadounidense, que alcanzó un
nivel máximo en 15 años, levantó las preocupaciones por el gasto
futuro de los consumidores estadounidenses y por tanto influyó
también en los precios del petróleo.
El Departamento de Comercio dijo en su reporte, que el gasto
aumentó en mayo, primera ocasión en tres meses, debido a un aumento
de 1,4 por ciento en el ingreso bajo el plan de estímulos de la
administración de Barck Obama.
Con las reducciones de esta semana, el crudo de referencia en
Estados Unidos terminó con un descenso del 0,56 por ciento, que se
suma a la bajada del 3,45 por ciento registrada la semana anterior.