Cooperación y unidad entre países y pueblos, rechazo al
injerencismo de EE.UU., y luchas para vencer nuevos retos, signan
avances y propósitos hacia una justicia social más plena en América
Latina.
Esa realidad fue constatada este lunes por los panelistas de la
Mesa Redonda Informativa de la televisión y la radio cubanas, que
analizaron logros y perspectivas de la situación política, económica
y social en el área.
En la 39 reunión de cancilleres de la Organización de Estados
Americanos (OEA), efectuada en San Pedro Sula, Honduras, se acordó
el miércoles tres de junio, por consenso, suspender de forma
incondicional la VI Resolución de esa entidad, del 31 de enero de
1962, que había expulsado de su seno a la Cuba revolucionaria.
Sobre la repercusión de ese hecho, la periodista Marina Menéndez
comentó que ha sido acogido como reivindicación para Cuba,
ilustrativo de nueva correlación de fuerzas en el hemisferio, a lo
que debiera seguir, según analistas, que EE.UU. levante el bloqueo
contra la isla.
Cuba acogió con satisfacción la Resolución, que calificó
oficialmente este lunes como expresión de soberanía y civismo,
agradeció a los gobiernos que han defendido el derecho a regresar a
la OEA, pero reiteró, sobre bases de principios, que no retornará a
esa organización, refirió el moderador Randy Alonso.
Atilio Borón, sociólogo argentino, vía telefónica opinó para el
foro radiotelevisado, que se ha reparado una decisión infame, aunque
la OEA, dijo, tiene sus días contados, porque durante muchos años ha
servido al imperialismo, no reúne legitimidad necesaria y ya nada
tiene que hacer.
El profesor Luis Suárez indicó que la OEA ahora pretende utilizar
la resolución respecto de Cuba como muestra de que puede
modernizarse aun más, pero, afirmó, eso no cambia el carácter de la
organización creada en 1948, y hoy quiere convertirse en jueza de
todos los procesos que se dan en América Latina y el Caribe.
Recordó que la resolución de 1962, de expulsar a Cuba, fue
ilegal, porque no existía ninguna regla de la institución que lo
permitiera.
Aclaró que después se introdujo la llamada Carta interamericana,
mediante la cual se estableció que ningún país miembro de la OEA
puede organizarse de manera diferente a las llamadas democracias
representativas.
Recordó que la actual OEA ha acordado un conjunto de resoluciones
que ratifican su papel injerencista, y afirmó que se impone
desecharla y crear un organismo regional que excluya a Estados
Unidos y a Canadá, como parte de las batallas por venir.
Finalmente, pasó revista a la situación centroamericana y afirmó
que los avances políticos progresistas, que se observan, son
alentadores para la articulación de mecanismos integracionistas y de
cooperación, y particularizó la necesidad de apoyar especialmente al
nuevo gobierno de El Salvador.
Para el analista Renato Recio, el grupo de naciones integrantes
de la Alternativa Bolivariana para los pueblos de nuestra América
(ALBA) ha demostrado ser conquistadora de voluntades, en poco tiempo
ha crecido y el próximo día 24 se sumará Ecuador, quien ya participa
de numerosos acuerdos integradores propiciados por esa entidad.
La periodista Nidia Díaz afirmó que Ecuador impulsará el
aprovechamiento de las potencialidades de ALBA, mecanismo
integrador, opuesto al modelo neoliberal, con énfasis en la lucha
contra la pobreza y la exclusión social, hoy compuesto por
Venezuela, Nicaragua, Dominica, Bolivia, Cuba, Honduras, y otros
países observadores.
La analista Menéndez recordó que El Salvador, tras la toma de
posesión del nuevo gobierno encabezado por el presidente Mauricio
Funes, reanudó relaciones diplomáticas con Cuba.
También se anunció la gratuidad de servicios médicos en
hospitales públicos, y del próximo curso escolar, así como la
entrega de uniformes a estudiantes y la mejoría de la alimentación
en los planteles, a pesar de que la economía salvadoreña afronta
serias dificultades.
Por vía telefónica, Medardo González, coordinador general del
Frente Farabundo Martí para la liberación Nacional de El Salvador,
dijo a la Mesa Redonda que su país vive momentos especiales con un
partido de izquierda en la dirección, que calificó de alentador y
motivo de satisfacción para el pueblo salvadoreño.