Santa Clara, 8 jun (AIN) El turismo que desarrolla Cuba en los 
			cayos del archipiélago Sabana-Camagüey responde a un modelo 
			sostenible, acorde con el medio, dijo a la Agencia de Información 
			Nacional (AIN) Susan McDade, coordinadora residente de Naciones 
			Unidas en el país.
			Señaló que las personas visitan la Isla por la belleza de sus 
			playas y la amabilidad de su población, pero en esta industria 
			competitiva resulta imprescindible proteger el ambiente y ese es uno 
			de los propósitos de un proyecto científico que abarca ese espacio 
			del territorio nacional.
			Subrayó los buenos resultados de la labor iniciada en 1993, 
			cofinanciada por el Fondo Mundial de Medio Ambiente (GEF), el 
			Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el gobierno 
			de Cuba, orientada a la explotación armónica de los recursos 
			naturales, en el ecosistema del centro norte de Cuba.
			En Villa Clara, una de las cinco provincias que abarca el 
			proyecto, se explotan más de dos mil 700 habitaciones, en seis 
			instalaciones hoteleras, con categorías de tres a cinco estrellas en 
			los islotes arenosos de Ensenachos, Las Brujas y Santa María.
			La expansión de la industria sin humo prosigue con el objetivo de 
			totalizar unas cuatro mil capacidades, en el año próximo, en una 
			zona unida a tierra firme por un pedraplén, cuya construcción obtuvo 
			el Premio Iberoamericano Puente de Alcatara, debido a un consecuente 
			cuidado del entorno.
			El proyecto Sabana-Camagüey abarca una superficie de 75 mil 
			kilómetros cuadrados, de cinco provincias del centro cubano, que 
			incluye la plataforma marina poco profunda y más de dos mil 500 
			cayos que poseen una gran biodiversidad con especies endémicas y 
			migratorias.