Cerca de un centenar de personas con discapacidad visual estudian
o ejercen la Abogacía en Cuba, lo que convierte a esa profesión en
una de las preferidas por ese sector de la población.
Los primeros graduados universitarios en el país invidentes
fueron abogados, los que obtuvieron sus diplomas en la década de los
años 20 del pasado siglo, mientras que hoy se desempeñan en bufetes
colectivos, como asesores jurídicos o en otras funciones.
Uno de estos profesionales carentes del sentido de la vista es
Héctor Almenares, quien se desempeñó como juez de un tribunal en la
ciudad de Santiago de Cuba.
Entre los últimos incorporados al ejercicio de la abogacía figura
la joven egresada de Ciencias Jurídicas Yunet Lugo, trabajadora de
la Dirección de la Vivienda en Marianao, quien dijo a la AIN que el
dominio de la computación facilita el acceso a la información,
aspecto fundamental en la actividad.
Los discapacitados visuales actualmente acceden a nuevas carreras
universitarias, como son la Ingeniería informática y la Veterinaria,
pero fue el Derecho la primera que abrió sus puertas a ese segmento
poblacional, por lo cual merece el reconocimiento en el Día del
Trabajador Jurídico, que se celebra hoy en Cuba.