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			El gobierno peruano y los indígenas amazónicos lanzaron en las 
			últimas horas señales de diálogo, aunque siguen en pie la 
			militarización del conflicto y una campaña oficial para descalificar 
			a la protesta selvática.
			Al mismo tiempo, la Iglesia católica se declaró dispuesta a 
			mediar en el conflicto y propuso, como medida de distensión, que se 
			suspenda la vigencia de los nueve decretos cuyo rechazo motiva la 
			protesta nativa, derivada en graves incidentes con un saldo de 
			decenas de muertes.
			El primer ministro, Yehude Simon, pidió diálogo a la Asociación 
			Interétnica de la Selva Peruana (AIDESEP), a los que se declaró 
			dispuesto el nuevo vocero de esa organización, Shapion Noningo, 
			aunque cada cual en términos diferentes.
			Simon sostuvo que las conversaciones deben girar en torno a lo 
			que llamó temas de fondo, tales como educación y salud para los 
			pueblos indígenas, y Noningo insistió en tratar sobre la anulación 
			de los decretos.
			Las operaciones policiales contra un bloqueo vial que el viernes 
			derivaron en los sangrientos sucesos fueron emprendidas tras un 
			impasse similar, pues el ejecutivo no acepta anular los decretos y 
			sólo accede a modificarlos.
			Simon dijo haber recibido llamadas de los obispos y que en las 
			próximas horas se reunirá con uno de ellos y alegó que el problema 
			no ha terminado y durará buen tiempo y hay que tratar las raíces del 
			problema, que están más allá de los decretos, según afirmó.
			Sobre las operaciones militares y policiales en la región 
			amazónica y los anuncios de nuevas protestas sociales, expresó que 
			las primeras continuarán y que el gobierno impondrá el orden, bajo 
			el supuesto de que quienes protestan no quieren al país y quieren 
			cambiar el modelo económico.
			Noningo, por su parte, dijo que los indígenas se repliegan a sus 
			comunidades en aras de la paz y para analizar la situación, pero hay 
			algunos grupos que persisten en bloquear carreteras.
			Entretanto, la defensora del Pueblo, Beatriz Merino, manifestó 
			preocupación por la posibilidad de una nueva operación de 
			desbloqueo, como la del viernes en Yurimaguas, en cuyas cercanías 
			hay un importante despliegue policial.
			En esa ciudad del oriente amazónico las autoridades de salud 
			alertaron al personal de centros asistenciales a estar alerta ante 
			una posible emergencia con saldo de heridos.
			Noningo reclamó el cese de la represión y de la campaña oficial 
			de matices racistas que busca presentar a los indígenas como 
			salvajes y terroristas, lo que crea más odio.
			Señaló que el presidente Alan García se ha equivocado al apelar a 
			la represión, que no logrará detener la protesta amazónica contra 
			los decretos, que responden a exigencias del Tratado de Libre 
			Comercio con Estados Unidos y que los nativos consideran 
			privatizadores.