Un pianista de llamativo desempeño, como es Dayramir González,
ofreció un bello concierto con temas, mayormente, de su primer CD
Tránsito (Sello Colibrí), en los que su nivel interpretativo no
abusó del talento y aportó la frescura de quien, marcadamente,
pretende hacer buena música; y destacar la influencia del sonido
cubano del siglo XIX y principios del XX y sus grandes exponentes:
Manuel Saumell (iniciador del nacionalismo musical cubano), Ignacio
Cervantes (quien se planteaba la cuestión del acento a partir de su
cubanidad interior)¼ y su relación con el
jazz.
La proyección inicial, como fondo, de escenas del filme
Cecilia, de Humberto Solás, sirvió para remarcar lo que Dayramir
había explicado inicialmente. El teatro Amadeo Roldán estaba,
lamentablemente, medianamente lleno, pero él vino con el excelente
grupo Habana Entrance a hacer una excelente entrega; en una creativa
propuesta que responde estrictamente al tiempo presente.
Hubo más de un momento de alta temperatura, incluido uno
especial, encabezado por Lynn Milanés y la también juvenil Mary, con
sus interpretaciones de Es muy fácil, de César Portillo de la
Luz; Amor mío, de Alvaro Carrillo; y Te digo adiós, de
Beatriz Márquez. Lynn, para quien desde pequeña el feeling —deudor
de la trova primigenia y con notable influencia del jazz— fue algo
natural en su entorno familiar, se desenvolvió a sus anchas en esta
modalidad y puso de manifiesto lo que ha avanzado artísticamente;
mientras que su colega subió a tonos increíbles.
Y, en el cierre, con Realidad y fantasía, también de
Portillo de la Luz, jazzearon de lo lindo junto a Dayramir, fue la
apoteosis, con el público aplaudiendo puesto de pie.
Dayramir González, graduado de la Escuela Nacional de Música,
actualmente estudia en el Instituto Superior de Arte. Alumno del
maestro Huberal Herrera, es ya, como demostró, un excelente
pianista, lo que se podrá apreciar cuando el programa se transmita
por la Televisión Cubana, pues fue también grabado para un DVD,
dirigido por René Arencibia.