La naturaleza y la propia ciudadanía en Ciego de Ávila fueron
favorecidas durante los últimos 15 meses, con la disminución de las
cargas contaminantes del entorno, mediante un trabajo multisectorial.
Celso Pazo, delegado del Ministerio de Ciencia, Tecnología y
Medio Ambiente en el territorio, informó a la prensa que la labor
mancomunada permitió reducir el vertimiento de sobrantes
industriales y desperdicios orgánicos.
El aporte de los sectores agropecuario y azucarero fue
determinante, al lograrse un correcto empleo de los residuales de
las granjas porcinas, avícolas, destilería Nauyú, de los ingenios y
de la fábrica de levadura de torula Alfredo Rafael Pérez, agregó
Pazo.
También beneficiaron a la naturaleza y a la población misma la
educación ambiental, el manejo adecuado de los suelos y la
vigilancia perenne en las áreas protegidas, los refugios de fauna y
el Gran Humedal del Norte del territorio.
Entre los programas que se ejecutan, sobresalen el de
mejoramiento del drenaje en las cuencas hidrográficas, el estudio
del clima y las fuentes de infestación, además de los destinados a
evitar la compactación y erosión de la capa vegetal.
Ciego de Ávila arriba al cinco de junio, Día Mundial del Medio
Ambiente, con el incremento de más de tres mil 400 hectáreas en su
superficie boscosa y con el más completo ordenamiento de la floresta
en los últimos 10 años.