Cuba tiene una larga tradición en el control de enfermedades
trasmisibles y las llamadas tropicales no constituyen un problema de
salud en la isla, aseveró un experto nacional.
Gustavo Kourí, director del Instituto de Medicina Tropical Pedro
Kourí (IPK), durante el congreso por el aniversario 70 de esa
institución, que sesiona en La Habana con unos 400 delegados de 25
países, destacó que desde 1882 hasta 1947 se eliminaron el cólera,
la fiebre amarilla, la peste bubónica, la viruela y la filariasis
bancrofti.
Cabe resaltar que luego del triunfo de la Revolución con la
implementación de un sistema nacional de vigilancia epidemiológica
con apoyo de laboratorio y cobertura nacional para las enfermedades
infecciosas y parasitarias, Cuba disminuyó la mortalidad por esas
afecciones.
Ejemplificó el profesor Kourí que en 2008 los fallecimientos por
esa causa constituyeron sólo el ocho por ciento del total de los
decesos, incluido influenza y neumonía (7,1 por ciento).
El resto de las enfermedades infecciosas produjo 792 fallecidos,
lo que representa el 0,9 por ciento de la mortalidad total en Cuba.
Kourí precisó que entre los principales retos para la Isla
figuran la prevención de la resistencia antimicrobiana, las
infecciones respiratorias agudas, el VIH-SIDA y otras afecciones de
transmisión sexual.
Contrastó la realidad que hoy viven diversos pueblos del Orbe,
donde las enfermedades infecciosas representan el 45 por ciento de
los fallecimientos en países pobres, el 63 por ciento en los niños
de cero a cuatro años a nivel mundial y el 48 por ciento de las
muertes prematuras (de cero a 44 años).
Entre los factores determinantes de las llamadas enfermedades
tropicales, el especialista señaló que no sólo se relacionan con las
condiciones climáticas, sino también con otros factores económicos,
sociales y culturales.