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Con el diálogo virtualmente congelado, amenazas de acciones
gubernamentales y advertencias de nuevas medidas de protesta, crece
hoy la tensión entre el gobierno y los indígenas amazónicos
peruanos.
El primer ministro, Yehude Simon, lanzó duros ataques a la
Asociación Interétnica de la Selva Peruana (AIDESEP) porque sus
delegados no asistieron ayer a un nuevo diálogo con él y enviaron
asesores.
En el fin de semana, el líder de AIDESEP, Alberto Pizango,
advirtió que su organización sólo aceptará dialogar con el
presidente Alan García y para la anulación de nueve decretos
gubernamentales contra los que insurgió la protesta indígena
iniciada el 9 de abril.
Los decretos fueron dictados para atender exigencias de un
tratado de libre comercio (TLC) con Estados Unidos y según los
nativos abren las puertas a la entrega de la Amazonía a las
transnacionales.
El diálogo parece entrampado entre la exigencia nativa, que
invoca el hecho DE que las normas no cumplieron la exigencia legal
de ser consultadas previamente con los indígenas, y la posición del
gobierno, que sólo acepta corregirlas.
Simon dijo que el Estado y la democracia tomarán las medidas que
correspondan para darle la tranquilidad al país y restablecer el
orden.
El primer ministro sostuvo que lo que se estaría buscando es una
justificación para que el Ejército y la policía actúen y pueda haber
muertos y echarle la culpa al gobierno.
Alan García descartó el sábado último el uso de fuerzas militares
y dijo que su gobierno no quiere muertes, aunque sectores
empresariales y medios de prensa oficialistas piden acciones
represivas contra la protesta indígena.
Los nativos tienen tomadas dos estaciones de bombeo del oleoducto
nor-peruano y un tramo del gasoducto del sur y bloquean varias
carreteras y ríos de la selva, donde una flotilla de la armada
rompió por la fuerza ayer uno de los bloqueos, lo que fue calificado
como provocación.
El comentarista Raúl Wiener escribe en el diario La Primera que
los decretos serán finalmente anulados, porque el gobierno no tiene
la fortaleza necesaria para ejecutar un baño de sangre para sofocar
la virtual rebelión indígena.
El dirigente Pizango dijo que las normas sobre la selva deberán
ser concertadas con los nativos en un proceso que debe incluir la
revisión del TLC con Estados Unidos, en aras de preservar la
soberanía nacional y los intereses de los pueblos indígenas, y
reconsiderar la entrega de tierras selváticas a transnacionales
petroleras.