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En apenas dos años la cantidad de personas con hambre crónica en el
sureste asiático aumentó en 100 millones, como consecuencia de la
crisis económica global, según un informe de UNICEF publicado hoy.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) también
precisó que más de 400 millones de individuos sufren ese flagelo en
esa área, que comprende a India, Nepal, Sri Lanka, Bangladesh,
Maldivas, Bhután, Paquistán y Afganistán.
La institución mencionó, además, como causa del fenómeno, el
aumento de los precios de los alimentos y la energía.
El incremento de las cotizaciones de los carburantes repercutió
en el costo de los transportes, del flete, de la electricidad, de
los abonos y finalmente en nutrientes de base como el arroz, el
trigo y los cereales, señaló.
En el informe se subraya la vulnerabilidad particular de las
mujeres y los niños, cuya situación empeora.
UNICEF consideró que en el sur de Asia, las féminas son, en
general, las últimas en alimentarse.