Las aulas son fuente de energía
La Unión Eléctrica y otros organismos comienzan
a ver en los graduados de los institutos politécnicos su cantera
natural de fuerza de trabajo. Los apoyan con medios para la
docencia, pero aún les deben su colaboración con especialistas
Joel Mayor Lorán
Joel@granma.cip.cu
Quiénes si no los que esperan esas fuerzas han de contribuir a
formarles? Los que aguardan por nuevos técnicos capaces de operar
instalaciones modernas, de subir a varios metros de altura y
resolver un problema en las redes. Así que la Unión Eléctrica (UNE)
estrecha sus lazos con los politécnicos dedicados a esa
especialidad.
Eberto
Alfonso, profesor de Laboratorio de Electricidad, se siente útil aún
tras 43 años enseñando, 22 de ellos en esta escuela.
Solo en Ciudad de La Habana es preciso incorporar más de 200
operadores de grupos electrógenos de fuel oil, una cifra similar de
linieros y otra menor de lectores cobradores de electricidad e
inspectores eléctricos, según expresó Reinaldo Chávez, jefe de grupo
de Capacitación de la UNE.
"Necesitamos graduados de esas especialidades, y aún más, que
demuestren competencia en su labor. Si el operador de grupos
electrógenos comete un error, las pérdidas suelen ser grandes; si el
liniero se equivoca y pierde la vida, peor."
El
politécnico capitalino también forma obreros calificados en
Instalaciones Eléctricas.
Por tanto, empresas de la Unión cooperan con los diversos
planteles. El Instituto Politécnico Energético Hermanos Gómez,
ubicado en el capitalino municipio de Diez de Octubre, muestra
cuánto puede la colaboración, con sus notables aciertos y capítulos
pendientes.
TECNOLOGÍA, LIBROS...
Por estos días, la voluntad y el cemento transforman uno de los
añejos edificios de la escuela. Entre quienes se alistan a favor de
perfeccionar la enseñanza técnica y profesional, Generación
Distribuida Ciudad Habana, más conocida como GEDICH, asume la
reparación capital de seis aulas: instalarán tecnología de punta
para la preparación de los futuros operadores de grupos
electrógenos.
La Empresa de Mantenimiento a Centrales Eléctricas (EMCE)
garantiza herramientas y cables para las prácticas, así como el
aseguramiento para uno de los talleres; y la OBE de la ciudad
proporciona breakers, empalmes, dispositivos de medición, artículos
de oficina y de limpieza.
Para
el proceso de aprendizaje cuentan incluso con una subestación
eléctrica real, solo que no alimentada.
Por su parte, la Empresa Constructora de la Industria Eléctrica (ECIE)
provee transformadores y mantenimiento a una subestación con fines
instructivos, instalada en áreas del Hermanos Gómez, e imparte un
curso de protección tanto a educandos como a profesores, que los
entrena en el uso de nuevas tecnologías.
Mientras, Grupos Electrógenos y Servicios Eléctricos (GEYSEL) les
ha suministrado abundante bibliografía actualizada, tanto impresa
como en formato digital; reparó un laboratorio; garantiza el
alumbrado de la escuela, además de lámparas para el aprendizaje; y
les facilita herramientas y material desechable, como hojas de
segueta.
¿ESPECIALISTAS?
Ese es el problema. Los politécnicos necesitan especialistas de
las empresas que impartan conferencias con la periodicidad
requerida. Les corresponde ser los principales entrenadores de los
muchachos, los profesores más directos de las asignaturas técnicas.
Disponer de ellos permitiría que nuestros maestros se superen,
afirma María del Carmen Estévez, subdirectora de la enseñanza
práctica. Las entidades y empresas nos ofertan cursos, pero no
podemos asistir a capacitarnos porque entonces quién quedaría frente
al aula, añade Roberto Pérez, profesor de asignaturas técnicas.
Contamos apenas con cinco graduados de la rama eléctrica, uno de
ellos jubilado que permanece fiel a su labor. Los maestros imparten
hasta cuatro asignaturas, explica Estévez.
"Pedagógicamente, nuestros profesionales están preparados; lo que
nos inquieta es la parte técnica. Necesitamos cuatro especialistas
como mínimo: ni siquiera a tiempo completo, por tres horas clase
semanales. El plan de estudios fue modificado porque solicitaron
actualizarlo, y no han correspondido con la instrucción
especializada que esto demanda."
MOTIVACIONES
El personal de las industrias que ha acudido a la escuela, no
posee preparación pedagógica. Se impacientan si los estudiantes
cometen alguna indisciplina, si no se motivan de inmediato con la
clase. Esa es una de las razones por las que no los tenemos,
sostiene Estévez.
Por el contrario, Eberto Alfonso, el profesor de Laboratorio de
Electricidad, apela a su experiencia de 43 años enseñando. Se siente
útil, tanto que atiende a 10 semigrupos una lección tras otra.
Para los especialistas es más difícil, sobre todo si se añade
otro motivo: dando clases no ganan lo mismo que dedicados a su labor
en las empresas, con altos salarios y derecho a estimulación.
Reinaldo Chávez, jefe de grupo de Capacitación de la Unión
Eléctrica, manifiesta que 370 técnicos de la UNE imparten docencia a
tiempo parcial en el país, únicamente 40 a tiempo completo.
Disponemos de los medios necesarios para aprender, pero sería
bueno contar con un especialista capacitado para impartirnos
diversos contenidos técnicos, coinciden Alberto Montalvo y Dariel
Gamunys, alumnos de tercer año.
En cambio, las prácticas preprofesionales sí los satisfacen:
luego de sus días en GEDICH, aprendiendo y desarrollando habilidades
en el mantenimiento a bombas de alimentación, Alberto decidió que le
gustaría trabajar en esa entidad.
Las soluciones habrán de llegar. La Unión Eléctrica y otros
organismos comienzan a ver en los graduados de los institutos
politécnicos su cantera natural de fuerza de trabajo.
Entretanto, en el politécnico capitalino adelantan el futuro: los
segundos y cuartos jueves de cada mes, atienden círculos de interés
en los cuatro palacios de la técnica; participan las secundarias que
tributan a la escuela. Ese es un trabajo para mañana que comienza
hoy. Bien saben que las aulas también son fuente de energía. |