A base de ingenio y una temprana madurez conceptual, un novel
grabador cubano, Milton Raggi Vinueza, conquistó al jurado con su
obra Abrir y cerrar de ojos para adjudicarse el Premio
La Joven Estampa 2009, con el cual la Casa de las Américas estimula
el arte de la reproducción visual múltiple entre las nuevas hornadas
de creadores de la región.
Según el acta del jurado, la obra de Raggi, hijo del destacado
cineasta Tulio Raggi, uno de los padres de la animación en la isla,
llamó la atención por conseguir "con la sobreimpresión de una frase,
un retrato de la misma y un excelente resultado visual".
En la premiación del certamen, efectuada anoche en los predios de
la institución fundada por Haydée Santamaría medio siglo atrás,
mereció una mención especial la ecuatoriana Pamela Pazmiño por el
libro Gourmet de satisfacciones artísticas, y menciones el
mexicano Juan Antonio Ortiz Nava por Alicia en el país de las
maravillas; el argentino Andrés Garavelli por Puesta a punto
de cuatro retratos sin rostro; y los cubanos Osmeivy Ortega
(Caribe merecido), Orlando Montalván (Doble impresión),
Anyelmaidelín Calzadilla (Posteridad) y Diober Escalona (Los
CDR).
Al producirse la premiación quedaron abiertas muestras
representativas de las trayectorias de dos miembros del jurado: el
venezolano Juvenal Ravelo y el argentino Rogelio Polesello, quienes
con el cubano José Veigas evaluaron las obras. También se inauguró
la muestra personal del cubano Octavio Irving Hernández, ganador de
la edición anterior.
Esta vez La Joven Estampa se vinculó con la agenda de la Feria
Internacional Cubadisco, toda vez que el dinámico y múltiple
puertorriqueño Antonio Martorell, protagonizó un taller en la
institución gráfica aledaña a la Plaza de la Catedral y regaló a los
participantes de la última jornada, aún en medio de los aires de
temporal que ayer batieron sobre la capital, una fiesta del grabado.