Intuimos
que tenía que ser así, debido a los puentes que se tendieron durante
siglos entre ambas islas, marcados especialmente por la música. Pero
la realidad superó las expectativas. Cuando Los Gofiones, de
Canarias, empezaron a pulsar las cuerdas del tiple y las guitarras y
dejaron escuchar sus acopladas voces, el latido de ese tránsito de
ida y vuelta se hizo sentir en la noche habanera del pasado martes
en el teatro América.
Víctor Batista, su joven director musical, tocó y cantó bien,
como el resto de los integrantes, pero a ello agregó unas sentidas
palabras sobre la historia del grupo fundado en La Palma de Gran
Canaria y el motivo de esta, su cuarta visita, en la que celebran su
aniversario 40. Los Gofiones (toman su nombre de este alimento
básico en la dieta canaria) como timbre de orgullo exhiben que aquí,
en 1993, grabaron el CD Cuba, bajo la dirección musical del
cubano Alexis Canciano y la participación de Silvio Rodríguez,
Celina González y Lázaro Reutilio Domínguez, la maestra Digna Guerra
y el Coro Nacional de Cuba, entre otros artistas nuestros.
Desde el inicio del concierto, con Tenderete, Folía,
Alas sobre el mundo (que es como un himno de su tierra),
hasta el cierre, con Arroró (canción de cuna) y Chipi
chipi (coreada por el público), el grupo fue bien recibido por
todos. Asistió a la sesión Carmelo González Acosta, presidente de la
Asociación de Amistad Cubano Canaria Leonor Pérez.
Los Gofiones tuvieron como invitado especial al tresero Juan A.
Antonomarchi –Cotó–, quien también participó en su disco dedicado a
Cuba y los acompañó en números incluidos en el fonograma. Cotó
ornamentó La sitiera y Bilongo (La negra Tomasa,
este último de Rodríguez Fiffe).
Esta no es por tanto una visita de cortesía, sino un encuentro
mutuamente fecundante entre dos culturas sonoras afines.