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La demanda de que OEA anule la exclusión de Cuba demuestra que la
isla está ganando una lucha histórica, aunque rechaza retornar a ese
organismo, comenta hoy el destacado periodista peruano César Lévano.
Lévano dedica la columna que escribe en el diario La Primera, del
que es director, al debate que se desarrolla en la Organización de
Estados Americanos (OEA) sobre la citada resolución anticubana de
hace casi medio siglo.
El rechazo a la exclusión de Cuba es una exigencia unánime de
América Latina, dice el veterano periodista.
Recuerda que tras la expulsión de Cuba de la OEA recorrió la
región el grito de Con OEA o sin OEA ganaremos la pelea y añade que
Cuba está ganando ahora la pelea en el seno de la OEA.
Se refiere al argumento de Estados Unidos para que se anule la
inicua suspensión de Cuba, en el sentido que en la isla no hay
respeto pleno de los derechos humanos y las libertades
fundamentales.
Esa exquisitez choca con la historia del Tío Sam, el cual no sólo
ha defendido, sino que ha instalado o estimulado a las dictaduras
más sanguinarias de América, apunta Lévano.
Al recordar la trayectoria de la OEA, el periodista recuerda su
apoyo a la invasión de la República Dominicana por Estados Unidos en
1965, para impedir el retorno del ex presidente progresista Juan
Bosch, derrocado en 1963.
Ese fue, añade Lévano, sólo un episodio de la trayectoria de la
OEA, instrumento de Washington que ahora presenta resquebrajaduras.
Evoca también el histórico alegato del canciller peruano Raúl
Porras Barrenechea en la reunión de la OEA contra la expulsión de
Cuba, por lo cual fue aislado y vejado aquí.
El llamado de Porras por la justicia, la tolerancia y la libertad
vuelve a vibrar con su verdad y su belleza, dice el comentarista.