Cuba procura generalizar el empleo de los fertilizantes
biológicos en la agricultura, ante la necesidad de incrementar la
producción de alimentos y reducir el impacto del cambio climático
sobre el suelo.
Nicolás Medina Basso, especialista del Instituto Nacional de
Ciencias Agrícolas (INCA), afirmó que el uso a gran escala de los
biofertilizantes en el país repercute favorablemente en la economía,
al traducirse en disminución del gasto de millones de dólares para
importar alimentos.
También ayuda a elevar la calidad y los rendimientos de las
cosechas y los cultivos, precisó en declaraciones a la AIN el
también coordinador de la XXIV Reunión Latinoamericana de
Rhizobiología, que sesiona en La Habana desde el lunes pasado hasta
este viernes.
Esos productos naturales aumentan la disponibilidad de nutrientes
en la tierra y generan sustancias estimuladoras del crecimiento
vegetal, lo cual se revierte en una agricultura más orgánica y
sustentable.
Nuestro país, advirtió el investigador, prioriza el desarrollo de
una agricultura sostenible, en la que los microorganismos vivos
desempeñan un papel preponderante, y que además de ser económica,
reporta beneficios para el medio ambiente, la salud humana y animal.
La cita internacional, que sesionó el miércoles en el INCA,
ubicado en el municipio habanero de San José de las Lajas, y hoy en
el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, de esta capital,
se celebra de conjunto con la I Conferencia Iberoamericana de
Interacciones Beneficiosas Microorganismos-Planta-Ambiente.
Unos 200 microbiólogos, químicos, biólogos, fisiólogos vegetales,
técnicos extensionistas e ingenieros agrónomos, de 15 países,
evalúan el uso de los microorganismos nativos del suelo -solos y
combinados-, con efectos muy ventajosos sobre el crecimiento y la
producción de las plantas.
Cuba ha desarrollado biofertilizantes como el AZOFERT, a base de
rizobacterias de nitrógeno, estimuladoras del crecimiento vegetal;
el ECOMIC, de alta eficiencia como inoculante sólido fúngico para
los cultivos, y el PECTIMORF, que vigoriza las vitroplantas e
incrementa su supervivencia.