El entrañable Vietnam ha sido admirado por la firmeza y el
heroísmo de su pueblo y fuerzas armadas, estas últimas fundadas y
dirigidas por el glorioso Ho Chi Minh y el Partido Comunista.
También han sido punto de referencia en la organización de la Guerra
de Todo el Pueblo, pilar fundamental de nuestra doctrina militar
defensiva.
La Batalla de Dien Bien Phu ejemplifica esa doctrina, cuya
esencia es que cada uno haga algo por la victoria. Fue el aporte de
miles de voluntarios en coordinación con las fuerzas regulares. Pese
a disponer de ínfimos recursos y medios rudimentarios, abrieron
cientos de kilómetros de caminos en las montañas y selvas,
trasladaron el material de guerra necesario a las cercanías de las
posiciones enemigas y abastecieron a las tropas de arroz y de calor
fraternal.
También infinitas serían las páginas para hacer llevar las
vivencias de quienes hicieron posible doblegar al colonialismo
francés y su apoyo imperialista norteamericano (derrotado
posteriormente en su genocida agresión), pero siempre es bueno
señalar que todo estuvo cronometrado desde su inicio:
El día fijado para que comenzara la Conferencia Internacional de
Ginebra —obligada a consagrar los derechos fundamentales de los
pueblos de Indochina— fueron aniquilados o se rindieron 112 000
soldados enemigos y un gran número de generales. Era el 7 de mayo de
1954.