Desde su puesta en funcionamiento en 2004, las áreas de terapia
intensiva municipales en el país han logrado el 95 por ciento de
resolutividad.
Juan Ulises Castillo, jefe del Departamento de Emergencia y
Terapia del Centro Nacional de Urgencias Médicas, explicó a la AIN
que Cuba posee 122 unidades de ese tipo, dotadas con tecnología de
avanzada y personal entrenado para brindar una atención de calidad y
lo más rápido posible.
Resaltó el impacto de estas áreas, las cuales han contribuido a
elevar la calidad de vida y disminuir la mortalidad por infartos
cardíacos, ya que permiten aplicar un tratamiento avanzado como la
trombolisis y además recepcionar las afecciones cerebrovasculares,
que figuran entre las principales causas de muerte en Cuba.
Precisó el doctor Castillo que en esas unidades se acorta el
tiempo de la primera atención, el traslado y remisión y ello
repercute en una mejor morbilidad y disminución de las
discapacidades que estos males pueden generar.
Este servicio llega hasta las montañas mediante el Plan Turquino,
en el cual hay una adecuada coordinación entre las áreas intensivas
municipales, el sistema de emergencia móvil y el área hospitalaria y
se recibe en el lugar adecuado que requiere el paciente, precisó.
Las áreas de terapia intensiva municipales poseen monitores para
registrar los ritmos cardíacos y respiratorios, la presión arterial
y oxigenación en sangre, además de equipos de respiración artificial
y para el tratamiento al paro cardíaco en el infarto agudo del
miocardio, entre otros.
Cabe destacar el esfuerzo del gobierno cubano para garantizar
este servicio, si se tiene en cuenta que el costo total de la
inversión en esas instalaciones es de unos 200 mil dólares, solo en
equipamiento médico, sin incluir el gasto que genera el ingreso,
superior a los 300 pesos en moneda nacional.
El doctor Castillo participa en el V Congreso Internacional de
Urgencias, Emergencias y Cuidados Intensivos, que concluirá hoy en
el Palacio de Convenciones de La Habana.