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América Latina y el Caribe están cambiando aferrados
a las raíces de su historia
Comparecencia Especial de Daniel Ortega Saavedra, presidente de la
República de Nicaragua, en la Mesa Redonda efectuada en los estudios
del ICRT, el 22 de abril de 2009, "Año del 50 aniversario del
triunfo de la Revolución".
(Versiones Taquigráficas - Consejo de Estado)
Randy
Alonso .- Muy buenas tardes,
estimados televidentes y radioyentes.
Como ha sido anunciado, el presidente de Nicaragua, compañero
Daniel Ortega Saavedra, se encuentra en nuestro país y tenemos la
satisfacción de que nos esté acompañando esta tarde en una
comparecencia especial en nuestro espacio de la Mesa Redonda.
Bienvenido, presidente Daniel Ortega, a nuestro país y también a
este programa, después de su brillante participación en la Cumbre de
las Américas, un discurso que nuestro pueblo pudo ver y que es muy
recordado por todos nuestros televidentes y radioyentes.
Doy
también la bienvenida en nuestro panel, a los colegas Rosa Míriam
Elizalde Zorrilla, editora del sitio web CubaDebate, y Rogelio
Polanco, director del periódico Juventud Rebelde, quienes me
estarán acompañando esta tarde.
Quiero aprovechar para dar la bienvenida especialmente a nuestro
estudio, a la querida compañera Rosario Murillo, presidenta del
Consejo de Comunicación Ciudadana de la República de Nicaragua, y al
compañero Ricardo Cabrisas, vicepresidente del Consejo de Ministros;
a los ministros de Relaciones Exteriores y de Comercio Exterior e
Inversión Extranjera, Bruno Rodríguez y Rodrigo Malmierca; a José
Arbesú, vicejefe del Departamento de Relaciones Internacionales del
Comité Central del Partido; al compañero Luis Hernández, embajador
de Cuba en Nicaragua, y al compañero Luis Cabrera, colega periodista
y embajador de Nicaragua en nuestro país.
Aprovecho igualmente para saludar a los estudiantes nicaragüenses
de la Escuela Latinoamericana de Medicina y a su rector, el doctor
Juan Carrizo, que nos están acompañando aquí en el estudio, y al
personal médico de la salud cubana que participó en la colaboración
con el hermano pueblo de Nicaragua, frente a fenómenos naturales que
ocurrieron en ese país y también en la solidaridad permanente de
Cuba con el hermano pueblo nicaragüense.
Antes de esta comparecencia especial del compañero presidente
Daniel Ortega y teniendo en cuenta su vinculación con el tema que
centralmente queremos abordar esta tarde, quiero dar lectura a la
más reciente reflexión del Comandante en Jefe Fidel Castro,
publicada en la noche de ayer en el sitio web CubaDebate,
reproducida hoy por nuestros principales medios de comunicación, que
bajo el título "Obama y el bloqueo" señala lo siguiente:
"Ayer me refería al ángulo cómico... (Lee)... Mañana tendremos
más noticias de la Cumbre.
"Fidel Castro Ruz
"Abril 21 de 2009.
"5 y 34 p.m."
La reflexión más reciente de Fidel, precisamente sobre esta
Cumbre de las Américas, los planteamientos del presidente de Estados
Unidos y el bloqueo criminal de ese gobierno contra nuestro pueblo,
que ya llega a casi cinco décadas.
Una cumbre que nuestro pueblo pudo apreciar, en buena parte, lo
que fue público de la cumbre, en el resumen que el lunes le
ofrecimos en esta mesa redonda. Allí pudimos todos escuchar la
brillante intervención del presidente Daniel Ortega, quien habló a
nombre de las naciones centroamericanas.
Les propongo recordar algunos minutos de aquella intervención del
presidente Daniel allí, en Puerto España, Trinidad y Tobago.
...Nicaragua recurrió a la Corte Internacional de Justicia de La
Haya, presentó su demanda en contra de la política de guerra, de la
política terrorista que venía desarrollando el presidente Ronald
Reagan en nombre de Estados Unidos. Nuestro delito: habernos
liberado de la tiranía de Anastasio Somoza, impuesta por la
intervención de las tropas yankis en Nicaragua.
Tuve la oportunidad de encontrarme con el presidente Reagan en
plena guerra, nos dimos la mano y le pedí que cesara la guerra
contra Nicaragua.
Tuve la oportunidad de encontrarme con el presidente Carter, y
cuando el presidente Carter me decía que ahora que había salido la
tiranía de los Somoza, que el pueblo nicaragüense había derribado la
dictadura de los Somoza, era la hora, me decía, "de que Nicaragua
cambie". Yo le dije: "No, Nicaragua no tiene que cambiar, los que
tienen que cambiar son ustedes, Presidente, porque Nicaragua nunca
ha invadido a Estados Unidos; Nicaragua nunca ha minado los puertos
de Estados Unidos; Nicaragua no ha lanzado una sola piedra en contra
de la nación norteamericana; Nicaragua no ha impuesto gobiernos en
Estados Unidos, por lo tanto —le dije—, presidente Carter, son
ustedes los que tienen que cambiar, no los nicaragüenses".
En plena guerra todavía, tuve la oportunidad de encontrarme con
quien recién había asumido la presidencia de Estados Unidos, y hasta
entonces era el vicepresidente de Estados Unidos, George Bush,
padre. Esto obedeció a un encuentro en Costa Rica —creo que fue por
el año 1989—, y recuerdo que cuando nos sentamos quedamos frente a
frente el presidente Bush y yo, y comentamos, él lo comentó: "Aquí
ha venido la prensa porque quieren vernos pelear al Presidente de
Estados Unidos y al Presidente de Nicaragua", e hicimos el esfuerzo
de no darle gusto a la prensa.
Las luchas que estamos librando en Nicaragua, en Centroamérica y
en América Latina para liberar a nuestros pueblos del analfabetismo,
son luchas que las estamos librando con la solidaridad
incondicional, generosa, del hermano pueblo de Cuba, de Fidel
(Aplausos), que fue el que promovió esos procesos solidarios de
alfabetización, y de su presidente Raúl Castro que les ha dado
continuidad a estos programas, abiertos para todos los pueblos
latinoamericanos y caribeños.
Luego se ha incorporado con un espíritu generoso el pueblo
bolivariano, el pueblo de Venezuela, con su presidente Hugo Chávez
Frías (Aplausos).
Sí, aquí estamos presentes una gran mayoría de los Presidentes y
Jefes de Gobierno de América Latina y el Caribe, están participando
el Presidente de Estados Unidos y el Primer Ministro de Canadá; pero
aquí hay dos grandes ausentes: uno, Cuba. Cuba, cuyo delito ha sido
luchar por la independencia, por la soberanía de los pueblos; Cuba,
cuyo delito ha sido prestar solidaridad, sin condiciones, a nuestros
pueblos, y por eso se le sanciona, por eso se le castiga, por eso se
le excluye. Y por eso yo no me siento cómodo en esta cumbre, no
puedo sentirme cómodo en esta cumbre, siento vergüenza de estar
participando en esta cumbre con la ausencia de Cuba.
Otro pueblo que no está aquí presente, porque, a diferencia de
Cuba, una nación independiente, solidaria, ese otro pueblo está
sometido todavía a las políticas colonialistas, me refiero al
hermano pueblo de Puerto Rico.
Planteamos soluciones temporales los presidentes
centroamericanos, que se les entreguen los TPS a todos los
inmigrantes que están en Estados Unidos; pero eso no resuelve el
problema, porque las causas de la emigración están en el
subdesarrollo, en la pobreza que viven los pueblos centroamericanos.
Y la única manera de detener ese flujo de emigrantes hacia Estados
Unidos no es levantando muros, no es reforzando la vigilancia
militar en las fronteras.
Tenemos la ingrata tarea de estarle cuidando las fronteras a
Estados Unidos por el consumo de la droga.
Solo en Nicaragua, el año pasado, la policía nacional incautó más
de 370 toneladas de coca. Eso, a precio de mercado en Estados
Unidos, pues seguramente suma más de 1 000 millones de dólares.
¿Cuánto le aporta Estados Unidos a Nicaragua por cuidar de sus
fronteras? Le aporta 1 200 000 dólares.
En el proyecto que se conoce como Petrocaribe y el ALBA —en
Petrocaribe están casi todos los países del Caribe; pero también
estamos algunos países centroamericanos, hay países del SICA que
estamos en Petrocaribe: Belice, Guatemala, Honduras, Repú-blica
Dominicana, Nicaragua, Panamá, hemos tenido una reunión en vísperas
de esta cumbre, en esa reunión, antes de partir a este encuentro,
declaramos lo siguiente:
"Los Jefes de Estado y de Gobierno de Bolivia, Cuba, Dominicana,
Honduras, Nicaragua y Venezuela, países miembros del ALBA,
consideramos que el proyecto de Declaración de la V Cumbre de las
Américas es insuficiente e inaceptable por las siguientes razones:
"No da respuesta al tema de la Crisis Económica Global, a pesar
de que esta constituye el más grande desafío al cual la humanidad
haya hecho frente en décadas.
"Excluye injustificadamente a Cuba, sin hacer mención al consenso
general que existe en la región para condenar el bloqueo y los
intentos de aislamiento de los cuales su pueblo y su gobierno han
sido incesantemente objeto, de manera criminal.
"Respecto al bloqueo de Estados Unidos contra Cuba y la exclusión
de este país de la Cumbre de las Américas, los países de la
Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América
reiteramos la Declaración que todos los países de América Latina y
el Caribe adoptaron el pasado 16 de diciembre de 2008 sobre la
necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero
impuesto por el gobierno de Estados Unidos de América a Cuba,
incluida la aplicación de la llamada Ley Helms-Burton, de todos
ampliamente conocidos."
Pienso que esta crisis que hoy está afectando al mundo y que está
llevando a discusiones, a debates, a búsqueda de soluciones, debemos
asumirla tomando en cuenta que ya no es posible, ya no es sostenible
el actual modelo de desarrollo.
La única forma de salvarnos todos es cambiar el modelo. De ahí
que las razones son, como les decía, fundamentalmente éticas,
morales, de valores.
Muchas gracias (Aplausos).
¿QUÉ PASÓ EN PUERTO ESPAÑA?
Randy Alonso .- Así hablaba
el presidente Daniel Ortega ante el resto de los mandatarios en esta
inauguración de la V Cumbre de las Américas, prácticamente el único
momento, pudiéramos decir, abierto de esta reunión, donde hablaron
mandatarios en representación de los diferentes grupos regionales, y
ahí estuvo ese discurso brillante de Daniel.
Hoy tenemos la posibilidad de que el presidente Daniel Ortega nos
acompañe en esta comparecencia especial, sobre todo a partir del
interés, Presidente, de conocer qué pasó en Puerto España. La gran
interrogante de los que siguieron este acontecimiento importante
para nuestra región es qué pasó hacia adentro de esta cumbre, más
allá de esta actividad inaugural, en la que usted señalaba —con
mucho acierto— la ausencia de dos naciones, no solo de Cuba, sino
también Puerto Rico, que es un tema pendiente para la historia de
América Latina.
¿Qué nos pudiera contar, presidente Daniel, de esa reunión, de lo
que ocurrió allí en Puerto España?
Daniel Ortega.- Gracias hermanos cubanos. Mis saludos para el
pueblo heroico de Cuba y, en particular, para nuestro querido
hermano, líder de la Revolución Cubana, líder revolucionario
latinoamericano y caribeño, líder mundial, Fidel —Fidel que está
presente en todas estas batallas—, y para Raúl que viene librando
estas batallas también desde el Moncada, desde la Sierra Maestra,
contra el bloqueo, en Girón, es decir, una batalla por la libertad,
una batalla por la democracia, una batalla por la justicia.
Primero, yo creo que es importante subrayar que en la Cumbre
Iberoamericana en Santiago de Chile, la presidenta Bachelet tuvo la
iniciativa de proponer —y se acogió— un encuentro privado; pero las
sesiones, los debates se desarrollaron en comunicación directa con
los pueblos iberoamericanos, de cara al mundo, de cara a los
pueblos, sin censura. Y luego se dio aquella reunión privada, que
tuvo un gran valor porque nos permitió tocar temas con la mayor
franqueza y pasar luego a la última sesión pública, donde el debate
se calentó; pero, bueno, nuestros pueblos fueron testigos de ese
debate y del derecho que teníamos, y que tenemos, de expresarnos
todos, de hablar todos.
EN ESTOS TIEMPOS NO SE PUEDE CALLAR A NADIE
En estos tiempos ya no se puede callar a nadie, a nadie se puede
callar, o no se debería callar a nadie. Desgraciadamente, en esta
reunión en Trinidad y Tobago, en Puerto España, la primera debilidad
que yo señalaría es que —como decía Fidel: "la reunión secreta", y
yo agregaría: la reunión censurada—, ahí se impuso la censura, nada
más y nada menos que a los jefes de Estado de América Latina y el
Caribe, se les censuró.
¿Quién habrá influido? ¿Quién habrá determinado para buscar esa
censura? Yo no tengo ninguna duda de que los que se preocuparon
porque la Cumbre fuera censurada fue la delegación norteamericana,
que participó en la organización, junto con la OEA. Fueron los que
se preocuparon para que fuera censurada. De tal manera que el único
momento que quedó para que se pudiesen hacer exposiciones de cara a
nuestros pueblos, fue el momento inaugural, donde, incluso, se nos
quiso restringir en el tiempo, después de que para poder ingresar a
ese recinto algunos tuvimos que esperar tres horas, otros un poco
más, dentro de nuestros aviones, ya en el aeropuerto; luego de que
nos hicieron sobrevolar un rato, aterrizamos, y había una fila de
aviones que se fue formando.
¿Y qué es lo que estaba sucediendo? Bueno, que había aparecido el
emperador, había llegado el emperador y entonces había que abrirle
paso al emperador y detener el desembarco de los otros vuelos que
habían llegado antes de que llegara el Presidente del imperio. Eso
hizo que estuviéramos allí haciendo fila la presidenta Bachelet,
Evo, nosotros los nicaragüenses, el Presidente de México, todos allí
haciendo fila. El Presidente de México llegó un poco después, pero
tuvo que esperar hora y media; nosotros habíamos llegado mucho antes
y tuvimos que esperar tres horas. Igual le pasó a Evo, que venía
delante de nosotros; igual a Bachelet; a Lula también, estaba en la
misma fila.
Es decir, esa es una falta de respeto; porque, en todo caso, y
era comprensible, si se quería facilitar el acceso del Presidente de
Estados Unidos, por razones de seguridad y todo lo que se pueda
considerar, pues se hubiese buscado otra terminal para que él
desembarcara tranquilamente y no tener ahí a esa fila de gobernantes
haciendo espera, después que habíamos ingresado antes de que
ingresara al espacio aéreo el Presidente de Estados Unidos, con sus
tres o cuatro aviones con los que ingresó.
Dos elementos subrayaría yo, que no son de forma, son de fondo:
uno, la censura; dos, el tratamiento a los jefes de Estado y de
Gobierno a su ingreso al aeropuerto.
Yo diría, en lo que fue el momento inaugural —como les explicaba—
querían limitarnos a 10 minutos, que hablásemos 10 minutos, era lo
que nos decían en las normas. Y, lógicamente, yo consideré que bajo
ningún punto de vista podíamos callar, porque eso sería callar. ¿Qué
se puede decir en 10 minutos? Muy poco. Y aprovechamos la
oportunidad que nos daba la representación del SICA, y el hecho de
que veníamos de la reunión de Cumaná, donde los países del ALBA
emitimos una resolución, que fue dada a conocer en la voz de nuestro
querido hermano, compañero, comandante, presidente Hugo Chávez. Él
leyó la resolución desde Cumaná, porque nosotros dijimos desde
Cumaná: "Hay que adelantarse, porque eso va a ser una censura
total." Yo tenía mis dudas, incluso, de que me dejaran hablar, que a
última hora me dijeran: No habla el que puede empañar el brillo de
la reunión, para que salga resplandeciente el emperador. Entonces,
teníamos esa preocupación.
LA RESOLUCIÓN DEL ALBA
De ahí la importancia y la trascendencia que tuvo que desde
Cumaná, el mismo día en que se iba a inaugurar la Cumbre, a las 5:00
de la tarde, en Puerto España, ya en Cumaná, en horas del mediodía,
estábamos dando a conocer la posición del ALBA de cara a la Cumbre.
Es decir, nos adelantamos, pasamos a la ofensiva en cuanto a dar a
conocer nuestros planteamientos, que estábamos en nuestro pleno
derecho de dar a conocer nuestros planteamientos, y más aún
estábamos ya convencidos de que la reunión iba a ser censurada. De
eso estábamos convencidos, y de que la única oportunidad que se
podía presentar era en la inauguración, si me daban la oportunidad
de hablar —tal y como estaba programado— de también presentar la
Resolución de Cumaná, la resolución del ALBA, y presentar la
resolución de los países centroamericanos, los planteamientos de los
países del SICA, que vamos más allá de Centroamérica, porque ahí
está también República Dominicana, y donde hay temas bien álgidos
que todos conocemos, y ahí mismo aprovechar para hacer el
planteamiento del ALBA, sentar ahí mismo la posición, ir adelante
siempre, ratificar ahí lo que ya había sido anunciado desde Cumaná.
Luego, empezó la reunión de la censura —yo así le llamo: la
reunión de la censura, la reunión censurada—, ¡tanto que se habla de
libertad de expresión! Pues la verdad es que ahí nos dieron libertad
de expresión al Presidente de Estados Unidos, al Primer Ministro de
Trinidad y Tobago, al Primer Ministro de Belice, a la Presidenta de
Argentina y a quien les habla. Solo nosotros cinco fuimos los
privilegiados de tener libertad de expresión, de cara a nuestros
pueblos; los demás al encierro, bozaleados, porque era como ponerles
un bozal y ponerles una venda en los ojos, y tratar también de tapar
los oídos de nuestros pueblos, con esto que se hizo en esta reunión.
Los debates fueron avanzando en el orden interno, en medio de la
censura; debates que transcurrieron el día sábado por la mañana,
continuaron el sábado por la tarde, y luego estaba programada para
el día domingo una reunión cerrada, para discutir con toda
confianza, que de eso vamos a hablar después.
¿Qué pasó en esos debates?, donde se logró filtrar alguna
información, algo logró filtrarse, alguna información logró salir de
manera clandestina; y eso me recordaba mis años de cárcel: yo pasé
siete años en la cárcel y para poder comunicarnos teníamos que idear
la manera de hacer salir la información para que la conociera
nuestro pueblo. Eso pasó ahí. Ahí tuvieron que idearse formas,
mecanismos, para qué, para sacar algunas declaraciones, algunas de
las intervenciones que se estaban dando ahí, de manera clandestina;
porque eso era clandestino, estaba totalmente prohibido.
LA PRImeRA GRAN VICTORIA: CUBA ESTUVO PRESENTE
A pesar de que Cuba ha estado excluida de estas cumbres, yo diría
que el primer gran logro, la primera gran victoria de esta cumbre es
que Cuba estuvo presente en la voz de los pueblos y a través de los
gobiernos latinoamericanos y caribeños, ella estuvo presente.
Incluso, hasta los gobernantes más derechistas, hasta los
gobernantes más entreguistas, tuvieron que mencionar el cese al
bloqueo de Cuba. Algunos lo hicieron con sus matices, tirando la
bola envenenada; pero tuvieron que mencionarlo. O sea, fue una voz
unánime ahí; es decir, Cuba estuvo presente. La presencia de Cuba
fue, realmente, yo diría, totalizante, desde antes de la cumbre, en
la cumbre y después de la cumbre, a pesar de su exclusión, porque
era un tema que no podía ser evitado, no podía ser censurado, aunque
estaba ahí la censura, no podían prohibirnos hablar de Cuba; y es
que no podían prohibirnos hablar de Cuba, porque los pueblos y
gobiernos ahí representados cada día somos más, somos pueblos y
gobiernos que estamos rompiendo las cadenas, estamos rompiendo la
censura.
CLAMOR UNÁNIME, QUE CESE EL BLOQUEO
Eso era impensable en las primeras mal llamadas cumbres de las
Américas, y también en las cumbres iberoamericanas, eso era
impensable. ¿Por qué? Porque eran gobiernos sometidos totalmente a
los dictados de la política imperial. Ahora no, realmente, se ha
producido un cambio en América Latina y el Caribe, y eso explica el
peso que tuvo la presencia de Cuba en esa cumbre. Y, lógicamente, al
Presidente de Estados Unidos, a la delegación norteamericana y al
Primer Ministro de Canadá, aunque les disgustara, pues no les quedó
más que escuchar una voz unánime, un clamor unánime. Ese fue un
clamor unánime en la cumbre, con diferentes matices, como ya
sabemos; pero fue un clamor unánime.
Luego, yo subrayaría la intervención de Evo, cuando Evo
interviene y responde, porque yo no podía responder ya, me había
tomado un buen tiempo en la exposición; el presidente Obama tenía la
ventaja de que él hablaba después de mí, entonces podía responderme,
y yo no podía responder ya, tenía la ley de la ventaja en ese
momento él; pero allá en el encierro de la censura, Evo toma la
palabra y dice: "No podemos olvidar la historia." Y, efectivamente,
no se puede olvidar la historia; porque un hecho histórico no es un
elemento que se produjo y no tuvo consecuencias para el futuro, los
elementos históricos, los hechos históricos tienen consecuencias en
el presente y hacia el futuro. Y decía Evo: "En estos momentos, en
mi país, Bolivia, están conspirando los funcionarios
norteamericanos." Y yo puedo agregar aquí: En mi país, Nicaragua,
están conspirando los funcionarios de la Embajada norteamericana en
contra del gobierno de Nicaragua; están conspirando, tenemos todas
las informaciones. No hemos querido expulsar funcionarios
norteamericanos, hemos querido, más bien, ir recabando más
información, más información, más información, que en su momento las
vamos a dar a conocer. Tomándole la palabra al presidente Obama, que
decía en la conferencia de prensa, cuando se refería al tema de
Bolivia, que él no iba a permitir este tipo de política
intervencionista e injerencista, vamos a ver si va a cambiar la
actitud de todo el personal de la embajada yanki en Nicaragua, que
vive permanentemente conspirando en nuestro país.
Tenemos un embajador que ejerció como hombre de confianza de don
John Negroponte, el embajador de Estados Unidos en estos momentos en
Nicaragua, que nos lo dejó el ex presidente George W. Bush. Este
embajador, en la época de la guerra, estaba basificado en Honduras,
donde están las bases militares; los yankis tenían bases militares
en Honduras y bases militares en Costa Rica, para atacar a
Nicaragua, y ahí estaba John Negroponte como cabeza de lo que eran
todas las operaciones de inteligencia en esa guerra sucia en contra
de Nicaragua, y ahí estaba el actual embajador de Estados Unidos en
Nicaragua, que, bueno, él tiene un trato —digamos— diplomático
respetuoso. Yo me he encontrado con él, hemos conversado, nos hemos
reunido y hemos hablado, él se muestra comprensivo, y yo quisiera
creer que ya no es un agente de la política de guerra; que es un
agente, lógicamente, del imperio, porque el imperio ahí está, pero
que ya no es un agente de la política de guerra o de la política de
desestabilización; pero lo que es él mismo y el personal que tiene
por debajo viven continuamente reuniéndose, recorriendo el país,
reuniéndose con la oposición "democrática", para financiarlos, para
orientarlos, para llamarlos a unirse en contra de la que llaman
dictadura sandinista del gobierno de Daniel Ortega. Es una
dictadura, dicen ellos, ya nos calificaron de que somos una
dictadura, y, bueno, somos una dictadura, entonces. Con esta
intervención de Evo yo me sentí muy contento porque era la respuesta
al presidente Obama, que decía: "Olvidémonos de la historia"; pero
es un punto en el cual me quiero detener, porque, sencillamente,
cuando el presidente Obama, y que es típico —como lo explicaba yo en
mi intervención— de los norteamericanos decir: "Eso ya es
historia"...; pero es que ellos viven atrapados en la historia de su
política expansionista, imperialista y guerrerista, viven atrapados,
viven atrapados.
Es decir, ¿cuántas administraciones norteamericanas han pasado?,
como lo decía Raúl en Cumaná en aquella intervención que paralizó al
auditorio, una intervención que fue improvisada, porque Raúl va
saliendo, yo le iba a hablar y me dice: "Discúlpame que voy para el
baño." Le digo: "No hay problema." Entonces él se excusa ante todos
—ustedes lo habrán visto cuando se excusó ante todos—; pero de
repente dice: "Bueno, voy a decir unas palabritas", y ya aquello fue
un volcán: era la Cuba revolucionaria hablando con la verdad, con la
verdad. Y ahí, Raúl hablando con la verdad, hablando con esa
claridad con que lo hizo, con esa firmeza con que lo hizo.
No quiero dejar pasar lo que dijo Raúl en referencia a que Cuba
está dispuesta a dialogar con Estados Unidos de cualquier tema.
Esto lo habíamos hablado con Raúl antes y con Fidel. Ahora salen
unas declaraciones de la Secretaria de Estado de Estados Unidos,
queriendo manipular como que hay diferencias, cuando antes de esta
reunión, que estuve por acá y conversé con Raúl y conversé con
Fidel, es una sola posición.
Entonces, ahí Raúl fue claro. Dice: "Nosotros queremos dialogar
de todos los temas que quieran dialogar los norteamericanos.
¿Quieren que hablemos de los derechos humanos? Correcto, hablemos de
los derechos humanos en Cuba y hablemos de los derechos humanos en
Estados Unidos. ¡Ah!, ¿queremos hablar de democracia? Muy bien,
hablemos de democracia en Estados Unidos y hablemos de democracia en
Cuba. ¡Ah!, ¿queremos hablar de prisioneros? Hablemos de prisioneros
en Estados Unidos y hablemos de prisioneros en Cuba."
Ahí fue donde Raúl le dijo que Cuba estaba dispuesta a mandarle a
todos los asalariados del imperio que están detenidos a cambio de
que se libere a los Cinco Héroes cubanos, luchadores antiterroristas
que guardan prisión, injusta prisión, larga prisión allá en Estados
Unidos de América.
El mensaje de Raúl en esa reunión realmente fue un mensaje
extraordinario. Era Cuba hablando a una sola voz, a una sola voz, y
es un planteamiento que no se ha modificado, sigue siendo el mismo.
Conversé con Raúl, conversé con Fidel de nuevo y es una posición
única, y lo dice Fidel, lo ratifica Fidel en la reflexión que ha
leído nuestro querido hermano.
Entonces, continuando con lo que fueron aquellos debates. Ahí
hubo dos elementos: saludos y debates. En los debates, en las
intervenciones se destacó lo que era la iniciativa de Petrocaribe,
del ALBA, ahí se destacó esta iniciativa. Lo hicieron primero los
hermanos caribeños, que son parte de Petrocaribe, y luego nuestro
querido compañero Hugo Chávez hizo un buen resumen de lo que era ese
esfuerzo que se venía desarrollando. Ese fue otro elemento.
ELECCIONES NO SIGNIFICAN DEMOCRACIA
Hubo una intervención muy buena del presidente Rafael Correa,
cuando dice: "Elecciones no significan democracia." Se fue al fondo,
"elecciones no significan democracia"; porque ahí tenemos un punto
de fondo en el debate de la mal llamada democracia en América Latina
y el Caribe, donde se quiere desconocer la democracia cubana.
En Cuba hay democracia, y una democracia en la que no se divide
al pueblo, porque en las democracias que nos han impuesto a
nosotros, desde el momento que se propician partidos, se está
propiciando la división de los pueblos, división que ha llevado
incluso a guerras entre partidos. La historia de América Latina está
plagada de guerras entre partidos, y todo esto, sencillamente,
porque esas son las directrices del imperio. La democracia es esa y
esa es la que hay que aplicar.
El pluripartidismo no es más que una manera de desintegrar a la
nación. Ese es el pluripartidismo, desintegrar a la nación,
confrontar a la nación, dividir a la nación, dividir a nuestros
pueblos.
Cuba tiene un modelo donde no se divide al pueblo cubano entre
verde, rojo, amarillo y anaranjado. No, simplemente es el pueblo
cubano, sus ciudadanos, sin esas banderas partidistas y sin esas
campañas donde juegan los intereses de los grandes capitales. El
pueblo cubano es el que elige a sus autoridades, sin la estridencia
de las elecciones en las democracias burguesas impuestas por
Occidente, son impuestas porque ahí están los yankis, los europeos
en una misma dirección. ¿Por qué? Porque es la mejor manera de
dominarnos.
Ahí en la intervención de Correa yo valoré mucho, y creo que se
valoró mucho, la profundidad del planteamiento en cuanto a decir que
elecciones no significan democracia, y empezó a desarrollar el tema.
Luego hablaría de lo que fueron algunos elementos que hicieron
muchas noticias, porque las intervenciones no podían hacer noticias
sencillamente porque estaban censuradas, no había línea abierta para
el pueblo, no era una reunión de cara a los pueblos; pero sí
hicieron noticias las fotografías: el presidente Obama se da la mano
con el presidente Hugo Chávez; el presidente Obama se da la mano con
tal otro presidente.
Salió una noticia porque cuando yo entro a la sala donde están
los presidentes preparándose para salir al plenario e inaugurar, voy
saludando: saludo al primer ministro Manning, veo a Lula, me dirijo
a saludar a Lula que está en un grupo, saludo a Lula, nos abrazamos,
me pregunta Lula por la Rosario, y de repente Lula como que
recapacita de que ahí está Obama, yo no había visto a Obama.
Entonces viene Lula y me dice: "Aquí está el Presidente", y después
le dice a Obama y entonces nos presenta. Nos dimos la mano y ya.
Luego, a la hora de la fotografía, Obama quedó de la parte de
abajo de la gradería y yo quedé de último aquí en el fondo. A Obama,
por razones de seguridad, lo metían por puertas especiales; a
nosotros nos metían en tumultos y en aquellas moloteras que se arman
entre los cuerpos de seguridad, donde se empujaban, unos caían,
aquellas moloteras terribles. A Obama lo sacaban por unas puertas
especiales.
Entonces, Obama había entrado por una puerta que está detrás del
sitio donde yo me encontraba a la hora de la foto; nosotros habíamos
entrado en tumulto del otro lado, de tal manera que cuando termina
la foto, entonces Obama sale en la dirección donde está su puerta y
yo bajo a buscar mi salida con la molotera, y ahí coincidimos y
sencillamente nos dimos la mano. Como había fotógrafos, porque
estaban los fotógrafos que habían hecho las tomas, entonces tiraron
algunas fotos.
Pienso que esto de las fotos, esto de que Obama estaba ahí, que
estaba escuchando, que tuvo paciencia para escuchar, empezó como a
levantar una expectativa más allá de lo que son las formalidades.
Yo me di la mano con Ronald Reagan en plena guerra y él continuó
en su guerra contra Nicaragua; nos dimos las manos allá en Nueva
York y él continuó en su guerra contra Nicaragua, simplemente fue
una cortesía.
Me di la mano con Jimmy Carter, ya escucharon lo que pasó, el
encuentro con Jimmy Carter. Eso fue en una visita que hice recién al
triunfo de la Revolución. Después de venir aquí a la Cumbre de los
No Alineados, me fui a Washington, porque luego iba a Nueva York, a
la Asamblea General, y ahí tuve un encuentro con el presidente
Carter y se dio ese tipo de diálogo.
Luego me encontré con el presidente Bush. Claro, a Bush, cuando
era vicepresidente —Bush padre, yo me lo encontraba en toda toma de
posesión en América Latina y el Caribe. ¿Por qué? Porque Reagan
nunca fue, él delegaba en Bush. Aquello era un tumulto, porque
estaba Bush y siempre quedamos relativamente cerca —digamos, tal
vez, con unos tres o cuatro asientos de por medio—; entonces, se
plantaban los periodistas, mientras empezaba la ceremonia y empezaba
aquel debate y le preguntaban a Bush y me preguntaban a mí. Total:
estábamos en un debate ahí, y debate caliente, lógicamente, un
debate caliente siempre. En eso no nos dábamos la mano, simplemente
no coincidíamos como para darnos la mano, ni buscábamos cómo
coincidir para darnos la mano tampoco, ni a él le interesaba
coincidir ni a mí me interesaba coincidir.
Sucede que cuando fue electo Tancredo Neves —que,
desgraciadamente, no logró asumir—, bueno, voy a Brasil a la toma de
posesión, de José Sarney y está George Bush, vicepresidente, en una
sala gigantesca, enorme, había 3 000, 4 000, 5 000 personas, era
enorme aquello. Entonces, yo voy en una fila saludando a
presidentes, jefes de gobierno, voy saludando, en la fila donde me
van a acomodar y no me percato de que tengo que pasar por donde está
Bush —el vicepresidente Bush entonces. Lo que me llama la atención
es que, en la medida en que voy avanzando, se va produciendo un
silencio en la sala. Ah, porque había un murmullo tremendo, la gente
hablando, y de repente se va produciendo un silencio, y yo no me
percato, no sé qué está pasando, dije: "Ya va a empezar la
ceremonia", y me preocupo y vuelvo a ver si ya va a empezar la
ceremonia. Cuando vamos avanzando, de repente, me veo cara a cara
con Bush —cara a cara, apretados, porque voy cruzando yo en medio—,
entonces, no nos quedó más que darnos las manos. O sea, los dos,
prácticamente, levantamos las manos, nos las dimos, y entonces él me
empezó a reclamar y yo le empecé a reclamar, y el padre Miguel
D’Escoto, actual presidente de la 62 Asamblea de las Naciones
Unidas, que era nuestro Canciller, era el traductor y estaba ahí
traduciéndole a Bush. Ahí lo que hicimos fue debatir; pero, claro,
el público que está ahí, los invitados, los congresistas brasileños
y todos los demás, no saben lo que estamos hablando, simplemente,
cuando nos damos las manos, estallaron en un aplauso; aquello
explotó en un aplauso.
Entonces yo aproveché para decirle a Bush: "Fíjese, los pueblos
de América Latina no quieren la guerra, quieren la paz, escúchelo
bien." Entonces él me dijo: "Usted tiene, sí, que tomar medidas para
acabar con esta guerra", reclamándome Bush a mí, o sea, nosotros
éramos los culpables de la guerra; pero la cortesía de darse las
manos, y la guerra continuó. El hecho de que nos diéramos las manos
no significaba que la guerra terminara, la guerra continuó.
CUMBRE MAL LLAMADA DE LAS AMÉRICAS
Después, en el año 1989, se da una reunión a la que asiste el
Primer Ministro de Canadá, asiste ya Bush, que está recién estrenado
como Presidente, asisten presidentes centroamericanos, presidentes
del Caribe —todavía no existía la cumbre esta, mal llamada de las
Américas—, entonces fui a ese encuentro, y ahí fue donde se produjo
ese diálogo. Bush fue muy cortés ahí, fue muy cortés, ya era
Presidente; entonces, digamos, no tuvo el comportamiento que tenía
cuando era vicepresidente, y como que lo mandaban a confrontar y nos
confrontábamos.
Entonces, apenas coincidimos en la sala donde se estaban
reuniendo los presidentes, inmediatamente él se acercó, nos
saludamos, nos dimos las manos, sin muchas palabras, ya nos
sentamos, y fue cuando vino el comentario de que "aquí han venido
los periodistas con la expectativa de vernos pelear al presidente
Ortega y a mí; pero espero que no les demos gusto". ¿Qué pasó al
final? Que les dimos gusto a los periodistas, porque aquello terminó
en una gran trifulca. Eso no era sostenible, porque estábamos en
guerra y, al final, él se soltó en ataques en contra mía, y yo fui a
convocar mi conferencia de prensa por otro lado también y a
denunciarlos a ellos por los crímenes que estaban cometiendo en
contra de Nicaragua.
¿Qué quiero decir con esto? Que darse las manos no es más que un
simple elemento de cortesía, como dicen: lo cortés no quita lo
valiente; lo cortés no borra las diferencias ideológicas y
políticas; lo cortés no borra la realidad, ¡no borra la realidad! Y
esto lo quiero subrayar, porque noté mucho encantamiento en algunos
jefes de Estado y de Gobierno, por estarse dando las manos con el
presidente Obama, y decía yo para mis adentros: este está como
Hamelin. Hamelin con su flautita y todos los ratones detrás (Risas),
todos detrás: "Vamos para el abismo, para el precipicio"; o sea,
llegó con la flautita, Hamelin.
Pero creo que, independientemente de que llegó con la flautita,
no tuvo el efecto que él quería. ¿Por qué? Porque salió el tema de
Cuba con toda claridad, a tal grado que él tuvo que reconocerlo en
la reunión interna, de la cual voy a hablar después, y habló de Cuba
en cuanto a lo que es la labor de los médicos cubanos en la
conferencia de prensa que da también después de la reunión.
Yo diría que ese fue el ambiente en las sesiones estas
censuradas, intervenciones de todos los jefes de Estado, jefes de
Gobierno; indiscutiblemente el ambiente era relajado, no había un
ambiente de tensión.
Obama fue lo suficientemente inteligente y cuidadoso como para no
irse a confrontar habiendo una correlación tan grande; porque,
quiero agregar, retomando un poco lo que yo dije en el discurso
inicial sobre la historia, lo que dice Evo, y lo que es esa realidad
de hoy, latinoamericana y caribeña, que en gran medida estaba
presente allí, porque estaba ausente Cuba y estaba ausente Puerto
Rico.
TODO IMPERIO ES EXPANSIONISTA
Estados Unidos no ha cambiado, ¡Estados Unidos no ha cambiado!,
¡no ha cambiado! Como se lo dijo el presidente Oscar Arias, se lo
dijo ahí en la reunión que teníamos del SICA con el presidente Obama,
y estaba ahí la secretaria de Estado, Hillary Clinton, le dice Oscar
Arias, que es muy amigo de ellos, él es muy amigo de ellos, les
dijo: "Yo los escuché a ustedes, presidente Obama y secretaria
Clinton en la campaña electoral, decir que se iban a retirar de Iraq,
que iba a terminar esa guerra, ¿verdad? Ahí se están gastando 400
millones de dólares todos los días, yo les pregunto, ¿van a cumplir
con lo que prometieron? Silencio. Silencio de Barack y silencio,
lógicamente, de Hillary, y, en realidad, ahí el que tenía que
responder era Barack porque es el Presidente, el que está
intercambiando: silencio; y es que el Presidente de Estados Unidos
está atrapado en lo que es el modelo de un imperio que, por su
naturaleza, como todo imperio es expansionista; o sea, no hay
imperio que no sea expansionista, los imperios, por naturaleza, son
expansionistas, no hay forma, y quien va a gobernar al frente de un
imperio va a defender la política expansionista y va a defender
políticas hegemónicas.
Entonces, en este encuentro, realmente, ¿qué es lo que vemos,
cuál es la realidad? La realidad es un Estados Unidos de América con
un nuevo presidente, que está montado sobre una política
imperialista que existe desde que Estados Unidos es imperio, que ha
venido teniendo sus matices, pero es una continuidad.
Raúl lo recordaba también allá en Cumaná: fue una administración
republicana la que preparó la invasión a Cuba en Girón y fue una
administración demócrata la que la ejecutó; o sea, la continuidad,
la continuidad.
Entonces, ahí tenemos a un presidente de Estados Unidos que dice
que no hay que hablar del pasado, que hay que olvidarse del pasado;
pero que está atrapado en el pasado, ¡está atrapado en el pasado!
Tiene las tropas yankis todavía en Iraq, no las ha retirado, aunque
se ha comprometido a retirarlas, pero hasta el momento no las ha
retirado; tiene un reforzamiento de tropas en Afganistán, es decir,
es la política del imperio, dándole continuidad a la política del
imperio en sus objetivos expansionistas y de control de lo que son
recursos estratégicos como el petróleo.
ATRAPADO EN EL PASADO DE 50 AÑOS DE BLOQUEO
Tenemos a un presidente de Estados Unidos que sigue atrapado en
el pasado de —ya van a ser— 50 años de bloqueo a Cuba; que en el
2004 cuando era candidato a senador dice que es una barbaridad el
bloqueo a Cuba, que eso ya había que suspenderlo. Y la pregunta se
la hicieron en la conferencia de prensa, se la hizo un periodista
norteamericano, y ahora responde que eso fue hace miles de años o
hace millones de años.
Imagínense, hace apenas cinco años estaba diciendo eso, cuando
aspiraba. ¿Qué nos está diciendo? Nos está diciendo que él miente; o
sea, a mí realmente me deja bien claro eso, su respuesta es una
respuesta de una persona que miente, y lo está diciendo, lo está
admitiendo; pero, además, que sigue atrapado por el pasado.
Si alguien está atrapado por el pasado es Obama. Obama está
atrapado por el pasado en la forma en que se manifiesta de por qué
no se le puede levantar el bloqueo a Cuba, y que agradecida debía
estar Cuba de estas concesiones que han hecho recientemente. Si eran
mucho más concesiones las que aprobó Carter en aquellos años que
estas que está aprobando en estos momento Obama; aquellas eran un
poco más amplias, estas son más restringidas.
Por eso quieren que nos olvidemos de la historia. Esto quieren
hacerlo aparecer como algo novedoso en lo que es una guerra
mediática, de que el imperio está cambiando, y qué generoso el
imperio que está facilitándoles a los cubanos viajar, qué generoso
que está facilitándoles que puedan mandar remesas; remesas que a fin
de cuenta les cuesta sudor y sangre a los que trabajan allá en
Estados Unidos, es decir, no es ningún acto de generosidad.
¡Ah!, pero ya nos olvidamos de que Carter aprobó esta y otras
medidas todavía mucho más flexibles, porque permitía intercambios de
norteamericanos que viajaban a Cuba: científicos, cineastas, y todo
lo demás, eran medidas mucho más amplias las que había aprobado
Carter. Carter hace ya más de 10 años aprobó esas medidas.
Randy Alonso.- Carter hace 30 años; las de hace más de 10
años fueron las que había aprobado Clinton.
Daniel Ortega.- Las de Clinton hace 10 años, y Carter hace 30
años ya, sí, en 1976 y 1977.
Entonces, nos quieren vender esto como que es un cambio; no, si
no llega ni siquiera a acercarse a las medidas que tomó Carter hace
30 años, más bien un retroceso.
AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE CAMBIAN
Entonces, Estados Unidos atrapado en el pasado. La que no está
atrapada en el pasado es América Latina y el Caribe, porque aquí sí
se están produciendo cambios; aquí sí se han venido produciendo
cambios, en la forma en que se ha venido transformando América
Latina, que se han venido desarrollando procesos a favor de la
autodeterminación, de la soberanía de nuestros pueblos son avances
enormes; los esfuerzos por la integración, por la unidad de nuestros
pueblos son avances realmente extraordinarios; el ALBA, que es el
instrumento más noble, más solidario que existe actualmente en
nuestro planeta. No existe en otra parte del mundo una relación como
la que se ha logrado establecer a partir de la iniciativa de
Venezuela y Cuba —porque el ALBA nació de estos dos pueblos
hermanos: Venezuela-Cuba, Fidel y Hugo Chávez—; no hay otra
iniciativa con ese grado de nobleza, con ese grado de grandeza que
es el ALBA y que, realmente, está haciendo los planteamientos
básicos que deberíamos asumir todos en el planeta, porque si en el
planeta todos asumiéramos estos planteamientos, desaparecerían las
guerras, desaparecerían las desigualdades, desaparecerían la
miseria, la pobreza, la exclusión; se iría atenuando hasta
desaparecer la destrucción del medio ambiente y del planeta.
Ahora, el ALBA-Petrocaribe, si sumamos ahí los países, estamos
hablando de unos 20 ó 22 países en el ALBA-Petrocaribe, que es el
proyecto del modelo más avanzado que tenemos en la región. Entonces,
la región ha cambiado, América Latina ha cambiado.
Yo escucho, por ejemplo, al presidente Hugo Chávez, al presidente
Rafael Correa y al presidente de México Felipe Calderón una, dos,
varias veces —lo escuché en la Cumbre del Grupo de Río en República
Dominicana, lo escuché después en la Cumbre Iberoamericana en San
Salvador— decir: "Unámonos los latinoamericanos", o "hagamos nuestra
propia organización los latinoamericanos y caribeños." Lo ha dicho
con toda claridad Correa, lo ha dicho con toda claridad Calderón, lo
ha dicho con toda claridad Hugo Chávez y lo decimos nosotros, y hay
otros países que también se van identificando con este
planteamiento.
Porque ahí viene otro debate: los que piensan que la OEA, que
nace como un instrumento del imperio y ha sido un instrumento del
imperio, incluso para invadir naciones como República Dominicana,
hay que salvarla; sencillamente, la OEA está muerta, la OEA está
muerta, es un cadáver insepulto la OEA, esa es la verdad, y quienes
estamos convencidos de que necesitamos tener...
Es como la Unidad Africana, la Unidad Africana tiene su propio
instrumento, su propio espacio. Ahí no está Francia, no está
Inglaterra en la Unidad Africana, los ex colonialistas de estos
pueblos no están allí, están los pueblos de África.
Igual, aquí tenemos que estar los pueblos latinoamericanos y
caribeños, y desde esas posiciones, desde ese diálogo, desde esa
unidad entonces dialogar con el Norte, dialogar con Estados Unidos y
Canadá; dialogar con los europeos, es decir, dialogar con los países
del Norte y defender nuestras posiciones. Y seguramente eso sí nos
pondría en una actitud verdaderamente fuerte para poder defender los
intereses de nuestra región, poder defender los postulados de los
pueblos latinoamericanos y caribeños.
Entonces, sobre este punto, lo que queda claro en esta cumbre
también es que Estados Unidos no ha cambiado y que América Latina y
el Caribe sí hemos cambiado; hemos cambiado y estamos cambiando
aferrados a las raíces de nuestra historia. O sea, vamos bajo el
impulso de todo lo que es nuestro proceso histórico, no nos
desarraigamos. Precisamente porque estamos arraigados es que podemos
avanzar, por la fuerza que tenemos acumulada en todo este proceso
histórico que ha sido tan rico, tan inmensamente rico en América
Latina y el Caribe, desde la lucha de los pueblos originarios hasta
el triunfo de la gloriosa Revolución Cubana, y ahora este proceso
que se vive, donde se abrieron nuevos espacios, gigantescos espacios
con el triunfo de la Revolución Bolivariana.
Ahora vamos a la reunión secreta.
Cuando estamos concluyendo la última jornada del día sábado por
la tarde, el primer ministro Manning nos plantea que mañana a las
9:00 tendríamos el encuentro para la reunión cerrada, y nos habla de
que, entre otros puntos de la agenda, estaría el tema de Haití. A
nosotros nos pareció razonable el tema de Haití, indiscutiblemente,
que le dedicáramos tiempo a hablar de Haití, qué se puede hacer por
ese noble pueblo que se encuentra en una situación verdaderamente
terrible; es decir, poder escuchar a Preval ahí, ver qué acciones
podíamos tomar, porque la verdad es que la situación sigue siendo
terrible, y claro que Preval valora mucho lo que es la cooperación,
la solidaridad de Cuba en Haití, la solidaridad venezolana.
Ese es otro elemento importantísimo que no podemos dejar de
mencionar: la cooperación, la solidaridad entre los pueblos del ALBA
y de los países del ALBA con otros países que no son necesariamente
el ALBA es sin condiciones, es incondicional, o sea, no pone ninguna
condición; puede estar ahí un gobierno que es crítico del gobierno
de Cuba o del gobierno venezolano, pero si hay una tragedia, si hay
una desgracia, si hay necesidad de cooperar, allá va la cooperación
sin poner la mínima condición, que es el otro gran problema que
tenemos con Estados Unidos y con Europa, es decir, los emperadores,
el imperio, ese es el imperio del capitalismo que nos ha impuesto la
tiranía. Hay una tiranía del capitalismo en el mundo, una dictadura
del capitalismo en el mundo.
CUMBRE SIN CONSENSO
Entonces, pasamos a la reunión del día domingo. Tuvimos la
reunión del SICA primero, con el presidente Obama y los miembros de
SICA, ahí hicimos nuestros planteamientos, como era de esperarse, y
simplemente un intercambio; porque esto es importante también
señalarlo: El presidente Obama no llevó nada a esa Cumbre,
absolutamente nada; más que apretones de mano, no llevó nada. O sea,
no hubo un planteamiento de fondo en el campo económico, frente a la
crisis, no, no, nada de eso, simplemente fue un encuentro social
—diría yo— de los latinoamericanos y los caribeños con él, y donde
se logró establecer la agenda latinoamericana y caribeña; se logró
establecer esa agenda, logró predominar la agenda latinoamericana y
caribeña.
Entonces vamos a la reunión final. Hasta ese momento no se ha
dicho una sola palabra del famoso documento, y, bueno, nosotros
pensábamos que ya no iba a haber documento, porque, sencillamente,
ya a esas alturas, si no se ha dicho ni una palabra del documento,
lo que está trascendiendo son los mensajes, lo que está logrando
filtrarse es que los saludos de Obama, las posibilidades de diálogo
con Cuba, las posibilidades de diálogo con Venezuela, esos son los
elementos que están pesando y el documento está enterrado.
No fue motivo de preocupación alguna, desde la inauguración hasta
el día domingo el tema del documento.
Entonces, cuál es nuestra sorpresa cuando el primer ministro de
Trinidad y Tobago, Manning... Yo lo entiendo, lo entiendo porque con
una cumbre en Trinidad y Tobago, para ellos era muy importante lo
del documento, porque, claro, una reunión sin documento, como que
quedó caminando en un pie; entonces, lo entiendo.
Él, lo primero que dice es que, hay consenso sobre el documento.
Lo que hace es presentar el documento en conferencia de prensa,
explicar que hubo consenso y firmarlo, porque ya él estaba claro de
que los países del ALBA no íbamos a firmar y que posiblemente había
otros países que no iban a firmar. Pero, bueno, esa fue una salida
que él planteó.
Yo tuve que reaccionar inmediatamente, para decirle que consenso
no había, que él no podía decir que había consenso, porque no había
consenso; porque ni siquiera se había discutido. O sea, para poder
hablar de que un documento tiene consenso tiene que ser discutido,
¿por quiénes?, por los presidentes, que son los que están avalando
el documento.
A lo mejor el documento había logrado algún consenso en las
comisiones técnicas; pero los documentos, mientras no son aprobados
por los presidentes, en una cumbre presidencial, sencillamente no
están avalados. Y le dije los problemas que tenía el documento, pues
que es un documento desfasado; que nosotros reconocíamos el esfuerzo
que habían hecho todos los que habían participado en la elaboración
del documento, pero que, como se había empezado a trabajar desde
hace casi ya año y medio o dos años, es un documento que no recogía
los elementos fundamentales que se estaban viviendo actualmente en
el mundo y, en particular, en América Latina y el Caribe.
Después de esta intervención, intervino inmediatamente el
presidente Hugo Chávez, compañero, camarada, y expresó, entre otras
cosas, la posición que habíamos tenido en el grupo del ALBA, que
habíamos sido claros en señalar que no suscribíamos el documento.
Evo tuvo una buena intervención ahí, Evo dijo: "Yo no puedo
firmar, ¿qué va a decir mi pueblo si yo firmo esto que ni siquiera
lo conoce mi pueblo?" Luego habló de los biocombustibles, dice:
"Aunque me han ido persuadiendo de que es posible trabajar los
biocombustibles con cierto cuidado, los movimientos sociales están
en contra, y yo primero tendría que hablar con ellos, por lo tanto,
yo no puedo firmar este documento."
Bueno, continúan las intervenciones. Otros plantean que la salida
era que firmara el primer ministro Manning, hablando del consenso.
Ya concluyendo la ronda, porque empezó la ronda, empezó todo el
mundo a hablar, yo intenté hablar, pero había mucha gente que quería
hablar de nuevo, entonces el primer ministro Manning trata de
recoger, digamos, una opinión mayoritaria y después dice: "Bueno,
sí, hay diferencias, esto y lo otro; entonces podemos decir que hay
consenso con algunas diferencias y yo firmo el documento". Entonces,
volví nuevamente a pedir la palabra y le dije que me parecía que no
era conveniente hablar de consenso. Le digo: Yo estoy seguro de que
el presidente Obama ni conoce ese documento. Estoy seguro de que no
lo conoce, ni creo que muchos de nosotros conocemos el documento, no
hemos leído el documento.
Además, cuando el presidente Obama estaba en campaña ya se estaba
discutiendo el documento; llegó a las elecciones en noviembre, ganó
las elecciones, y se siguió discutiendo el documento, y él no era
presidente todavía, era presidente electo. De tal manera que no creo
que después de asumir la presidencia en enero del año corriente, él
haya tenido tiempo de ir a empaparse de ese documento, ha tenido
otras prioridades. Entonces volví a insistir en que el documento no
podía ser presentado como un documento de consenso.
Reconozco ahí la habilidad del presidente Obama, que tomó la
palabra inmediatamente después de mí, y dijo: "La verdad es que ese
documento yo no lo conozco, no lo he leído." Él lo admitió así con
toda claridad: "Ni lo he leído ni lo conozco." Claro, ese documento
se venía trabajando con la administración de Bush.
Y señalé ahí, porque se hablaba de que había habido tiempo para
meterle cambios, pero si es que no se podían meter cambios porque
había un bloqueo dentro de la OEA, un bloqueo permanente a no
permitirle mayores cambios al documento. Nosotros hicimos el
intento, junto con Venezuela, y también compartiendo con otros
países latinoamericanos, imposible, había un bloqueo total de la OEA
y, lógicamente, la OEA subordinada a la administración Bush.
Dice Obama: "La verdad es que yo no conozco este documento, no lo
he leído. Yo creo que estos documentos nadie los lee tampoco, aquí
lo que interesa es el resultado de este encuentro, los elementos
positivos que se puedan resaltar y propongo que el primer ministro
Manning, en su presentación, diga que aquí ha habido muchas
diferencias sobre el documento, incluyendo el tema de Cuba, que ha
habido diferencias, que ha habido diferencias sobre esto, sobre lo
otro." Y ahí cerró el debate sobre el documento. Esto explica por
qué a la salida de los jefes de Estado y de gobierno ya la
expectativa que había en la conferencia de prensa, para dar a
conocer las conclusiones del encuentro, ya eso se cae, se cayó. Lo
que quedó claro fue: que no había habido consenso con el documento,
que había discrepancias con el documento; y fue saliendo todo el
mundo, y el primer ministro Manning escogió a Martín, al Presidente
de México y al Primer Ministro de Canadá, para comparecer con ellos
y dar su declaración; pero, claro, ya a esas alturas el documento
estaba muerto. Esa es la verdad, el documento estaba muerto.
EE.UU.: CONTINUIDAD DE UNA MISMA POLÍTICA
El debate estaba sobre si estábamos frente a un nuevo gobernante
de Estados Unidos que venía con cambios hacia América Latina y el
Caribe. Llegó con palabras, indiscutiblemente con palabras y, al
final, en sus conclusiones en la conferencia de prensa vemos la
misma línea, la misma continuidad de la política.
Es decir, la secretaria de Estado, Clinton, hoy habla de la
disposición que tienen de trabajar con Venezuela, para apartar a
Venezuela de las malas compañías. Esa es la misma política, hay una
relación condicionada, la misma política. Y en cuanto a Irán habla
de la diplomacia y la fuerza; es decir, la política de la zanahoria
y el garrote, es la misma política. Son ellos los que están
atrapados en el pasado, son ellos los que tienen que cambiar y no lo
quieren admitir, no lo quieren aceptar y, claro, no es fácil; no es
fácil porque, indiscutiblemente, el presidente Obama está atrapado
en lo que es la estructura de un imperio, y para que ahí se
produzcan cambios de verdad tienen que haber cambios realmente
profundos, cambios radicales que le quiten su naturaleza de imperio
a Estados Unidos y lo conviertan en una nación dispuesta a
compartir, dispuesta a respetar, dispuesta a trabajar con todos los
pueblos del mundo.
Randy Alonso.- Creo que es una buena noticia decirle a
nuestros televidentes que también la cadena hermana Telesur ha
estado trasmitiendo en vivo esta comparecencia suya, compañero
Daniel, y hay elementos muy importantes, como decía Fidel en sus
reflexiones, las verdades irán saliendo a la luz, se irá conociendo
lo que pasó en Puerto España.
Nuestros colegas quieren hacerle algunas preguntas al presidente
Daniel.
Rosa M. Elizalde.- Presidente, ante una región que, como
usted dice, no se calla la boca, que no acepta esta política de
borrón y cuenta nueva que nos está proponiendo el presidente Obama,
y de amnesia, en sentido general. ¿Qué tendría que hacer la
administración norteamericana para no enajenarse de esta nueva
realidad que está viviendo la región?
Daniel Ortega.- Ellos tendrían que hacer cambios, pero es que
ahí entran en contradicción con su propia naturaleza como imperio.
Ahí está el gran problema.
Rosa M. Elizalde.- ¿Qué cambios se estuvieron proponiendo y
que usted crea que se puedan producir en los próximos tiempos, si se
quiere construir realmente una relación de aproximación entre
Estados Unidos, y no en las palabras y en las sonrisas solamente en
las relaciones internacionales entre nuestros países?
Daniel Ortega.- El único cambio que yo veo que podría tener
viabilidad por parte de ellos, dentro de su lógica, el pragmatismo,
y donde, lógicamente, ellos no están renunciando a ser imperio ni
están renunciando a sus pretensiones hegemónicas en todos los
campos, es que entiendan que tienen que hacer políticas respetuosas
en todos los campos, con los pueblos de América Latina y del Caribe,
en todos los campos, y aprender a cohabitar. Es decir, seríamos los
latinoamericanos y caribeños cohabitando con el imperio. Algo que no
es fácil, porque la naturaleza del imperio hace prácticamente
imposible la cohabitación, la hace imposible por su propia
naturaleza; aunque el presidente de un imperio quisiera;
imaginémonos los emperadores romanos, aunque hubieran querido no
podían, no podían, y lo mismo pasa con todos los imperios; pasó con
el imperio español y pasó con el imperio británico, con el imperio
francés.
Con todos los imperios ha pasado la misma historia, su naturaleza
es expansiva, de dominación, de sometimiento. Y aquí vemos
claramente que están queriendo poner las reglas del juego, ellos
quieren poner las condiciones, ellos quieren definir qué tipo de
democracia deben tener nuestros pueblos; ellos deciden qué tipo de
democracia, ¿a cuenta de qué? ¿Quién los juzga a ellos? ¿Quién los
examina a ellos? ¿Quién los certifica a ellos? Entonces, la única
manera de que con pragmatismo, decía, esta administración quiera
bajar un poco las tensiones con América Latina y el Caribe, es
buscando una política de cohabitación, donde debería empezar por
levantarle el bloqueo a Cuba, porque este es un grito unánime en
estos momentos en América Latina y el Caribe.
Rogelio Polanco.- Presidente, cuando lo escuchamos a usted
narrar y describir todo lo que pasó en esa cumbre secreta y
censurada, como usted ha afirmado hoy, aparece todo esto como una
gran operación de relaciones públicas del imperio, como un gran show
mediático para tratar de lavar un poco la cara del imperio; sin
embargo, hay intentos de una política para tratar de que el poder
imperial aparezca camuflado por otras vías. De alguna manera el
presidente Obama cuando se refiere al tema de Cuba lo dice:
Deberíamos en Estados Unidos, no solo tomar el poderío militar, sino
usar algunos elementos..., de lo que ahora ellos están llamando el
poder inteligente, el poder blando.
Ahora, ¿cómo evitar que esta operación de relaciones públicas,
este show, este intento de lavar la cara al imperio no confunda a
nuestros pueblos, a nuestros gobiernos y continúe la política de
unidad, de integración y de solidaridad, que se vio demostrada con
tanta firmeza en la Cumbre del ALBA?
Daniel Ortega.- Creo que lo importante es tomar en cuenta lo
que ha sido el comportamiento del imperio. Yo haría cita del resumen
que hizo Raúl de cuando triunfa la Revolución Cubana, el que hizo en
Cumaná, donde él resume cómo hay una continuidad en la política del
imperio. ¡Qué mejor ejemplo que ese!
De una administración republicana a un presidente demócrata,
incluso, yo diría que es el presidente demócrata que ha tenido un
carisma..., cuando los medios de comunicación no eran tan
sofisticados como lo son ahora, ya Kennedy lograba una gran
capacidad de comunicación, él logra una imagen, y con esa gran
imagen que tenía levantaba multitudes, era un fenómeno, realmente.
Viene Kennedy y le da continuidad a la política republicana, y se
viene contra Cuba. Utiliza la Alianza para el Progreso como un
instrumento para buscar cómo neutralizar las batallas en América
Latina.
Entonces, ¿qué nos indica eso? Que a pesar de que figuras tan
fuertes, como la de Kennedy en ese momento, se levantaron para
tratar de contener la lucha de los pueblos, mediatizarlos,
confundirlos, no pudieron, no pudieron.
Y así como ellos tienen la capacidad y el control, yo diría, de
los grandes medios de comunicación, nosotros tenemos medios
alternativos, y tenemos ya algunos grandes medios de comunicación
como Cubavisión, Telesur; Telesur realmente es un medio de
comunicación que ya se ha expandido y está penetrando. No tenemos
una correlación favorable, indiscutiblemente tenemos una correlación
desfavorable; pero tenemos la ventaja de que la comunicación ahora
más bien se ha multiplicado, y así como ellos la utilizan para
buscar cómo confundir, para buscar cómo mediatizar, para buscar cómo
crear falsas ilusiones, para buscar cómo encantar, nosotros tenemos
que utilizar los medios para llevar la verdad, simplemente, llevar
la verdad. Esto que yo estoy narrando aquí es la verdad, que me
desmientan, que me desmienta alguien, es la verdad de lo que allí
aconteció y es la verdad de lo que está aconteciendo en estos
momentos.
LEVANTAR EL BLOQUEO NO LIBERA A EE.UU. DEL CRIMEN COMETIDO
Juzguemos, como dicen, por los hechos, y si vamos a juzgar por
los hechos, sencillamente, estamos viendo una continuidad de la
política del imperio, con matices, lógicamente, cada quien le da sus
matices. Reagan era muy popular también, y se daba el lujo de decir:
"Yo soy contra." "I am contra", decía Reagan, y salió con una
camiseta que decía: "Yo soy contra", cuando estaba en la guerra
contra Nicaragua.
Les voy a poner este ejemplo. Si tuviésemos un verdadero cambio
en Estados Unidos, el Presidente de Estados Unidos no estaría
poniendo ninguna condición para levantarle el bloqueo a Cuba, porque
el levantamiento del bloqueo a Cuba, sencillamente, ya es no
solamente hacerse eco de la voluntad de la decisión de los gobiernos
latinoamericanos y caribeños, sino que también, si vamos a hablar de
consensos o mayorías, en la última votación en Naciones Unidas sobre
el tema de Cuba una inmensa mayoría, la gran mayoría de los países
del planeta, 185 países, dijeron: "Que se levante el bloqueo." Otros
países se abstuvieron, por lo tanto, se suma; otros países se
ausentaron, por lo tanto, se suma, solamente Estados Unidos, Israel
y la República de Palau fueron los únicos tres países que se
pronunciaron en contra de la suspensión del bloqueo. Entonces, si
Estados Unidos hubiese cambiado, si el presidente Obama significara
un cambio, tiene toda la fortaleza como para decir: "Hombre, tengo
que respetar lo que ha dicho Naciones Unidas, una inmensa mayoría ha
dicho que hay que levantar el bloqueo a Cuba, hay que levantar el
embargo, así que tengo que respetarlo y lo levanto, y entonces sí
puedo decir que estoy siendo respetuoso." Lo que no libera a Estados
Unidos del crimen cometido, de la injusticia cometida contra Cuba
durante este bloqueo que se ha prolongado por casi 50 años. Eso no
libera, no exculpa a Estados Unidos, Estados Unidos debería de
indemnizar a Cuba.
INCUMPLIMIENTO DE UNA SENTENCIA DE LA HAYA
¿Qué debería hacer el presidente Obama frente a la demanda que
Nicaragua presentó en la Corte Internacional de Justicia de La Haya?
Una demanda que la llevamos al máximo tribunal de justicia que
tenemos en el planeta y que es parte del sistema de Naciones Unidas;
tribunal que ha utilizado el mismo Estados Unidos cuando le ha
convenido, tribunal que tranquilamente sale..., perdón, este
instrumento, el de Naciones Unidas, donde vemos hace poco que
aparece en los titulares de la prensa de derecha: "Naciones Unidas
condena a la República Popular Democrática de Corea por el
lanzamiento del satélite." Entonces, Naciones Unidas no fue tomada
en cuenta, fue el Consejo de Seguridad hablando a nombre de todos
nosotros, para condenar a un pueblo hermano que está ejerciendo un
derecho, sencillamente.
Entonces, ¿qué debería decir el presidente Obama? Decir: "Hombre,
vamos a revisar esta demanda", porque, además, no es una demanda, ya
hay una sentencia, ya el juez dictó sentencia y le dijo a Estados
Unidos que cesaran todas las acciones criminales que estaban
cometiendo; pero además le agregó que tenían que indemnizar a
Nicaragua. ¿Qué estamos esperando nosotros? Que indemnicen a
Nicaragua.
Bush, antes de retirarse, suspendió, congeló una llamada
cooperación de la Cuenta Reto del Milenio para Nicaragua, que está
en todo Centroamérica. Yo siempre insisto en decir que de parte de
Estados Unidos no hay ninguna cooperación, por lo menos, para
Nicaragua; simplemente, apenas si están abonando a la deuda
histórica que tienen contra nuestros pueblos, son abonos, y son
abonos suavísimos, bajísimos los abonos que están dando.
Entonces, ¿qué debería decir él? "Bueno, hablemos con el gobierno
de Nicaragua, para qué, para que esta resolución de la Corte
Internacional de Justicia hablemos con el gobierno de Nicaragua,
¿para qué?, para que esta Resolución de la Corte Internacional de
Justicia la respetemos y busquemos cómo conveniar un monto de
indemnización para Nicaragua.
Eso sería un cambio en la política norteamericana. Estaría
empezando a respetar Estados Unidos el sistema de Naciones Unidas,
que no es democrático; estaría empezando por lo menos a respetarlo
si reconoce la voluntad de los pueblos en relación con el bloqueo a
Cuba y si reconoce esta sentencia de la Corte Internacional de
Justicia. Esta es la primera y es la única sentencia que ha habido
donde la Corte condena, por primera vez, a un Estado; además, es una
sentencia sin precedentes en ese momento, porque es Estados Unidos
condenado por la Corte Internacional de Justicia por terrorismo en
contra de Nicaragua.
Entonces, si el presidente Obama realmente está por un cambio,
debería hacer eso, y, por otro lado, ya hubiera descongelado esa
famosa Cuenta Reto del Milenio, no que lo que hizo fue ratificar el
congelamiento. Ratificaron el congelamiento, y ahora para el mes de
julio van a volver a discutir, de una vez por todas, si la suspenden
completamente o sigue congelada. Está a discusión, y las
declaraciones que dan los funcionarios de la embajada yanki allá en
Managua es que lo que viene es la suspensión total de la cuenta.
Así tenemos algunos países europeos también actuando en contra de
Nicaragua. Es decir, la historia es la misma; pero hablando
específicamente de la relación Estados Unidos-América Latina y el
Caribe, si queremos ver realmente cambios en su política para
cohabitar...
Yo no me hago la ilusión de que el imperio está desapareciendo, o
que Obama viene con la firme decisión de hacer desaparecer al
imperio, su discurso cuando asume el mando es bien claro: él llega
ahí para fortalecer al imperio; él no ha llegado ahí para debilitar
al imperio. Él en eso es franco, no está mintiendo. Allá el que se
haga ilusiones creyendo que Obama va a ser el que va a desaparecer
al imperio. No, él fue bien claro en su posición.
Entonces, lo importante es que si va a trabajar con una política
pragmática —que es una palabra que utilizan mucho los
norteamericanos—, tomando en cuenta lo que está aconteciendo en
América Latina y el Caribe, entonces que diga: ¡Hombre!, aquí no me
queda más que buscar una política de cohabitación con estos países,
aprender a cohabitar —porque a nosotros nos ven como la peste— con
estos países, y eso pasa, en primer lugar, por suspender de manera
incondicional el bloqueo a Cuba.
FORTALEZA EN LA UNIDAD
Randy Alonso .- Esa
solidaridad suya y de muchos presidentes, compañero Daniel, con
Cuba, ha marcado —como usted señaló— la Cumbre de las Américas y ha
planteado un frente de América Latina en un tema importante
Contrario a esa decisión del gobierno norteamericano, la Cumbre
de Cumaná planteó la ayuda solidaria del ALBA a Nicaragua.
En ese contexto, el año que viene será la nueva Cumbre de América
Latina y el Caribe, ¿cómo ve el camino hacia poder concretar,
quizás, en México, la posibilidad de la creación de esa unión de
naciones latinoamericanas y caribeñas?
Daniel Ortega.- Ante todo me está recordando ahí que el
discurso de Raúl fue tan impresionante en Cumaná que yo qué iba a
decir después de Raúl ahí, más que reconocer que era la voz de Cuba,
Fidel, Martí hablando ahí, porque paralizó el auditorio, y no tuve
la cortesía —y le pido excusas al pueblo bolivariano y a mi hermano
el presidente Hugo Chávez— de agradecer esa solidaridad invaluable
del pueblo bolivariano, de nuestro hermano Hugo Chávez, que allí
anunció que estaba aprobando 50 millones de dólares para ayudarnos a
enfrentar los costos que nos significa la suspensión de la Cuenta
Reto del Milenio. Así que le doy las gracias desde la Cuba solidaria
y revolucionaria a nuestro querido hermano presidente Hugo Chávez.
EL IMPERIO QUIERE REVITALIZAR A LA OEA
Pienso que cada día hay más condiciones para lograr organizar
esta gran unidad, lo que sería la Unión de los Pueblos
Latinoamericanos y Caribeños. Unión es la palabra que más me gusta a
mí, porque unión significa realmente más allá que integración,
unidad. Pero, bueno, sería secundario discutir el nombre; lo que sí
está claro es que cada día resulta más urgente organizarnos los
latinoamericanos y caribeños.
Esto nos plantea una batalla de cara a la OEA, porque
precisamente ese famoso documento tenía como elemento político
central —y fue un elemento que nosotros cuestionamos totalmente,
aparte del hecho de que no estaba actualizado frente a lo que es la
crisis global y todo lo demás—, el aval que nos querían obligar que
le diéramos a la OEA, principal instrumento de intervención, de
agresión del imperialismo norteamericano en América Latina y el
Caribe.
Entonces, estamos frente a una batalla. El imperio quiere
revitalizar a la OEA. Algunos hermanos latinoamericanos con los que
hemos conversado piensan que la OEA es salvable, con Estados Unidos;
otros pensamos que la OEA con Estados Unidos simplemente sigue
siendo un instrumento para ser utilizado en contra de nuestros
pueblos. O sea, ahí tenemos diferencia de opiniones.
Yo diría que la próxima batalla que vamos a librar va a ser en
Honduras dentro de pocas semanas, porque los días 1ro y 2 de junio
se está realizando una reunión de la OEA, a nivel de cancilleres, en
Honduras, y ante el ímpetu que cobró el tema de Cuba en la mal
llamada reunión de las Américas, el mismo José Miguel Insulza ya
está diciendo que hay que introducir el tema de Cuba y encontrar la
forma de levantarle las sanciones a Cuba.
En el ALBA nosotros estamos trabajando en esa dirección, hemos
estado trabajando. Porque Cuba no nos lo ha pedido, en esto quiero
ser claro: Cuba no nos ha pedido, Fidel no nos ha pedido, Raúl no
nos ha planteado, no está interesada Cuba en ingresar a la OEA; pero
en una reunión del ALBA, en Caracas —en ese momento estaba Machado
representando a Cuba— comentábamos Hugo, Machado, yo, pero sobre
todo Hugo y yo lo comentábamos, y el mismo Zelaya, que era un asunto
de vergüenza para nosotros mismos. O sea, ¿cómo vamos a estar
nosotros mismos metidos en una organización donde se mantienen las
sanciones en contra de Cuba? Nos volvemos cómplices, los países
latinoamericanos y caribeños que nos mantenemos en esa organización,
con las sanciones impuestas ahí, nos volvemos cómplices del crimen.
Entonces comentábamos que lo menos que había que hacer era, en esta
reunión que se va a realizar en Honduras, plantear que se suspendan
las sanciones en contra de Cuba, reconociendo el daño que se le ha
causado a Cuba como resultado de esas sanciones, la injusticia, el
sufrimiento que ha significado para el pueblo de Cuba.
Eso lo estamos trabajando, lo estamos intercambiando, y yo
recuerdo que ahí Machado dijo: "Bueno, esto nosotros tenemos que
verlo con mucho cuidado, porque Cuba no está interesada." Y
entendemos el cuidado de Cuba; pero, por otro lado, yo le he pedido
comprensión a Fidel, a Raúl, que nos ayuden a salir de esa
complicidad, o sea, que sean comprensivos. Cuba no tiene nada que
ver en esta batalla, somos nosotros los que tenemos que dar la
batalla, porque a fin de cuenta el pecado es nuestro, estar ahí
participando de la OEA, compartiendo una sanción injusta, brutal, en
contra del pueblo de Cuba. Entonces esa batalla viene ahora para el
2 de junio, e Insulza, como se dio cuenta de que la batalla viene,
porque el tema salió con mucha fuerza, fue el tema dominante en la
reunión de Trinidad, el de Cuba, pues ya está hablando de que hay
que formar comisiones, esto y lo otro, para irse preparando, pues
ahí viene la batalla, la siguiente batalla.
Luego vendrá la reunión Iberoamericana, y creo que ese sería un
buen foro para empezar a discutir, la reunión del Grupo de Río. Ese
será un buen foro para empezar a discutir la creación de una nueva
organización de los pueblos latinoamericanos y del Caribe que,
lógicamente, no es el Grupo de Río, no son los grupos ya existentes,
sino crear algo nuevo acorde con el proceso histórico que está
viviendo en estos momentos América Latina y el Caribe. O sea, tiene
que ser el nacimiento a partir de las conquistas actuales, los
desafíos actuales y las perspectivas que tiene la lucha de los
pueblos en estos momentos.
EL VALOR DE LA SOLIDARIDAD
Randy Alonso .- Permítame
una última pregunta, Daniel.
Este año es muy significativo también para Nicaragua. Es el 30
aniversario de la Revolución Sandinista, ¿qué significado tendrá
para ustedes, cómo celebrarán en Nicaragua este importante
aniversario?
Daniel Ortega.- Bueno, este año es el 50 aniversario del
triunfo de la Revolución Cubana y sin Revolución Cubana no hubiera
sido posible la Revolución Sandinista —son procesos, son procesos—;
es el décimo aniversario del triunfo de la Revolución Bolivariana, y
también es el 30 aniversario del triunfo de la Revolución iraní,
fíjense, tenemos tres grandes fechas. Irán triunfó también en 1979,
fíjense cuántas fechas están coincidiendo en este año, y,
lógicamente, a los nicaragüenses nos llena de orgullo estar
conmemorando este 30 aniversario con batallas como la de erradicar
el analfabetismo en Nicaragua, estamos en esa batalla.
Aquella batalla que libramos recién el triunfo, con el apoyo de
Cuba y con la cooperación de pueblos del mundo —mucha juventud llegó
de todas partes del mundo a participar en esa campaña—, logró
reducir el analfabetismo al 12%, no pudimos llevarlo al cero por
ciento porque la guerra ya no lo permitió. Ahora que lo recibimos
con el 35%, nosotros venimos ya avanzando con campañas. En algunos
lugares ya hemos logrado llevarlo al 2%, al 3%, al 4%, otros están
en el 6%, hay que llevarlo por debajo del 4% para que sea reconocida
universalmente la batalla. Esto está siendo certificado por los
organismos correspondientes, internacionales.
Estamos en esta gran batalla de nuevo con la solidaridad de Cuba,
con el método Yo sí puedo —ya el método no es el que utilizamos en
los años 1979-80, sino que ahora vamos con este método, que es el
más avanzado, el más moderno que hay en el mundo para alfabetizar—,
y con la cooperación fraterna, también revolucionaria, de los
hermanos venezolanos, del pueblo bolivariano.
La jornada se llama, ese es el nombre de la campaña de
alfabetización: "De Martí a Fidel" , y pensamos que para el 19 de
julio, estamos haciendo un esfuerzo grande, para tener liberada una
buena zona de lo que es las poblaciones del Pacífico, que dan hacia
el Océano Pacífico, la parte de las poblaciones centrales, una
parte, en otra parte no creo que logremos todavía llegar a menos del
4%, y hemos iniciado recientemente una campaña especial en las
regiones autónomas del Caribe. Es decir, alfabetizar en misquito, en
el idioma del pueblo originario que está allá en la zona del
Atlántico norte y el Atlántico sur, los pueblos misquitos,
alfabetizar en mallama, que es otro pueblo originario que tenemos
allá, alfabetizar en ramaki, y finalmente terminar de alfabetizar,
porque allí hay más gente alfabetizada en el inglés criollo, en la
población afrodescendiente que se encuentra en el sur.
Ahorita hemos arrancado sobre el río Coco, porque en el río Coco,
en el Llano, están las comunidades misquitas, para empezar esta
jornada de alfabetización que no tenemos en estos momentos fecha de
cuándo estaría. Es muy complejo, las distancias son muy grandes, los
recorridos son por ríos, son horas en los ríos. ¿Saben lo que es ir
por un río? En un río avanzas aquí, y de repente viene el río y
vuelve para atrás, y luego va, o sea, es complicado. Hay lugares
donde solamente se llega por ríos, hay otros lugares donde se puede
llegar por caminos o por carreteras, otros lugares donde solamente
se puede llegar por aire. Entonces, estamos haciendo un esfuerzo
extraordinario también en la zona. Lo importante es que estamos
librando esta gran batalla contra el analfabetismo.
Igualmente estamos librando otra gran batalla por la salud de
nuestro pueblo, y ahí está presente la Operación Milagro, tanto con
el hermano pueblo de Cuba como con el hermano pueblo venezolano.
Están hospitales de los hermanos cubanos, se han instalado
hospitales donde están hospitales de campaña y estamos construyendo
hospitales también para que se le pueda brindar una mejor atención a
la población.
Son poblaciones campesinas, los hermanos cubanos allá están en
zonas del campo, en la profundidad de la montaña, y han recibido
todo el apoyo y todo el cariño de los campesinos y de productores
pequeños, medianos, grandes, todos, independientemente del
pensamiento político, todos han brindado una gran colaboración,
porque valoran esta solidaridad del pueblo de Cuba y del pueblo
venezolano.
Randy Alonso.- Bueno, pues yo le agradezco muchísimo, Daniel,
que haya tenido esa posibilidad de compartir con nosotros estas poco
más de dos horas de vivencias de esa cumbre que marcó, yo creo, un
momento importante para América Latina, en su posición frente a
Estados Unidos. A pesar de lo secreto, lo cerrado, lo censurado
—como usted decía— de esa cumbre, las verdades van saliendo a la
luz, las verdades se van imponiendo, y, como usted señalaba, hay
muchas expectativas; pero hay que atenerse a la realidad. Los
discursos no son los hechos, y hacia ahí tenemos que dirigir
nuestras miradas.
Yo le agradezco mucho, por supuesto, le trasmito toda la
solidaridad del pueblo cubano también con la Revolución
nicaragüense, con tener que enfrentar la agresión también de las
potencias imperiales; y, en particular, quisiera aprovechar ahora
para agradecerle también a nombre de nuestro programa, el gesto del
gobierno de Nicaragua al entregarle la Orden Cultural "Rubén Darío"
a nuestro programa, y eso nos compromete también a seguir en esa
solidaridad con el pueblo de Nicaragua.
Agradezco muchísimo que haya estado con nosotros esta noche, que
su estancia en Cuba haya sido bien productiva, y para nosotros, de
manera particular, ha sido muy importante, para darle esta
información a nuestro pueblo, que los hermanos latinoamericanos
también la hayan podido apreciar a través de Telesur, y, por
supuesto, es una batalla —como usted dice— que solo ha comenzado,
tiene por delante muchas etapas.
Daniel Ortega.- Gracias, Randy; gracias, Rosa Miriam;
gracias, Rogelio, y a todos los hermanos que nos acompañan, y a la
delegación de estudiantes nicaragüenses, les hacemos llegar saludos
a sus familiares, a sus madres, a sus padres, a sus hermanos desde
esta mesa redonda aquí en Cuba, y extensivo a todos los hermanos
nicaragüenses que están estudiando. Porque ese es otro hecho que no
hemos mencionado, los estudiantes latinoamericanos que están
estudiando en Cuba.
Allá en Nicaragua cambió el gobierno, o sea, dejamos el gobierno
nosotros en 1990 y Cuba no dijo: "Voy a suspender ahora el programa
de colaboración con Nicaragua"; no, lo mantuvo. Fue el gobierno de
Nicaragua después el que expulsó a los médicos cubanos, ¡los
expulsó! Y luego vino el programa de la Escuela Latinoamericana, con
gobiernos que eran antisandinistas y en contra de Cuba, de los que
iban a Ginebra a hacer lobby en contra de Cuba y a hablar en contra
de Cuba; pero Cuba no puso como condición: "No me hagan campaña allá
a cambio de la colaboración, a cambio de que vengan los muchachos a
estudiar a Cuba"; no, incondicionalmente. Ahí está la fortaleza, la
ética, la moral que Fidel le ha sabido forjar a este pueblo heroico
de Cuba.
Randy Alonso.- Bueno, muchísimas gracias, Daniel; muchísimas
gracias también a la compañera Rosario, que nos ha acompañado esta
tarde; a los ministros y compañeros de la dirección del Partido y el
Gobierno de nuestro país; a Polanco y a Rosa, por haber estado con
nosotros, y ha sido un privilegio, realmente, para nosotros haber
tenido a Daniel esta tarde.
¡Seguimos en combate!
Muy buenas noches. |