El magisterio es necesidad y responsabilidad

Afirmó el bayamés Evo Eón Montero Mendoza, laureado recientemente con el Premio Nacional Pedagogía 2009

Sara Sariol Sosa

BAYAMO.— El maestro Evo Eón Montero Mendoza —para todos Víctor— recibió recientemente el Premio Nacional Pedagogía 2009 en acto realizado en su propia comunidad, enclavada en el municipio cabecera de la provincia de Granma.

El lauro, otorgado por la Asociación de Pedagogos de Cuba, reconoce su actividad docente en todos los niveles de enseñanza, a la cual dedicó 71 de sus 88 años.

Víctor es una celebridad, notoriedad ganada por ser hombre de vasta cultura, sagaz, investigador y conferencista magistral, profundo conocedor de la obra de José Martí, erudito en el deporte, la música, la literatura, el cine, la historia¼ , conocimientos que insistentemente trasladó a varias generaciones de bayameses.

Mas, en su opinión ese premio debió recibirlo su padre, un consagrado maestro, de quien los ocho hijos heredaron el oficio.

APLICADO ALUMNO

"Todo el mérito corresponde a él —justifica—, por haber realizado una extraordinaria labor educativa en un tiempo en que la situación económica, política y cultural le era tremendamente adversa, y ningún gobierno se preocupaba por la educación de la gente.

"Papá nos aseguró: el día que yo muera no van a encontrar ningún dinero en el banco ni en una gaveta, porque todo cuanto he ganado lo deposité en el banco más seguro, en el cerebro de ustedes.

"En una ocasión nos reunió para decirnos a los varones (seis de los ocho hermanos) que al salir de la escuela aprenderíamos barbería, pues no había dinero para esos gastos, después de pasados cuatro meses comprobaría nuestros conocimientos al respecto con la alerta de: ¡ay de quien me haga una cucaracha al pelarme o me corte al afeitarme!

"En otro momento anunció en la sala de la casa que a partir del día siguiente toda la comida debíamos pedirla en inglés, de lo contrario no comeríamos. Las dos hembras recibían clases de ese idioma con un jamaiquino, y los varones nos vimos obligados a comenzar por aprendernos desde ese mismo momento cómo se decía lo que comeríamos al otro día.

"Con esa misma insistencia —recuerda Víctor— nos llevó a conocer telegrafía, taquigrafía, mecanografía y otras cosas que de mucho nos sirvieron cuando comenzamos a trabajar como maestros en la academia La Luz, creada por nuestro padre."

EMINENTE MAESTRO

Para Víctor Montero Mendoza, la cultura no es sino hacer bien lo que a cada cual le corresponde hacer en la sociedad en la cual convive. Su fidelidad a ese principio lo llevó a ubicarse en la vanguardia de quienes en Granma han ejercido y ejercen el magisterio, profesión identificada por él como necesidad y responsabilidad.

"Necesidad —pondera— porque uno siente la urgencia de transmitir a otros cuanto ha aprendido; responsabilidad, porque creo como Martí que ser culto es el único modo de ser libre, y porque estamos apremiados de librar la gran batalla por la cultura.

"Siento orgullo cuando veo a mis alumnos y sé que logré modestamente que asimilaran algunos elementos necesarios para enfrentar la vida, y a los jóvenes educadores les recomiendo leer mucho, tratar de que nada les sea ajeno, respetar mucho a sus alumnos y tener convencimiento de que ser maestro es hacerse creador.

"Por lo demás, nunca trabajé pensando en estímulos, sino en el deber de hacer bien el trabajo. Por eso, cuando he tenido los alumnos en frente he hecho mi mayor esfuerzo por enseñarlos, y el mayor premio recibido es la fervorosa atención que ellos me han prestado."

 

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