La nueva cruzada de los sacos de yute
Sara Sariol
BAYAMO.— El ingeniero textil Rubén Barreto Bravo, al frente de la
única fábrica cubana productora de sacos de yute, con sede en este
municipio capital de la provincia de Granma, asegura que un envase
de ese tipo puede ser utilizado en diez cosechas de café.
TEXORO
puede producir más de 12 millones de sacos al año, mientras los
contratos nacionales para el 2009 ascienden a 445 000. Para la
exportación serán confeccionados 1 450 000.
Esa durabilidad y otras cualidades que lo hacen muy competitivo,
apoyan la estrategia para recuperar su lugar en el mercado nacional.
Alientan tal gestión los programas nacionales por una creciente
sustitución de importaciones y producción de alimentos varios, entre
estos últimos las viandas y hortalizas, para cuyo acopio no siempre
los agricultores cuentan con todos los envases.
RECUPERACIÓN
TEXORO, fundada el 21 de octubre de 1967 por el Comandante
Ernesto Che Guevara, entonces ministro de Industrias, utiliza fibras
textiles naturales (en los inicios de kenaff), también conocidas en
el mundo como fibras de oro, para fabricar sacos y tejidos o
arpillera.
Con capacidad para garantizar anualmente 21,3 millones de metros
cuadrados de tejido, llegó en 1983 a situar 20 183 000 sacos (su
mayor registro) en el mercado interno, entonces su único destino.
Tras los más duros años atravesados por el país —que llevaron a
la productora a la inercia— buscó en la exportación el camino para
su paulatina reanimación, propósito al cual llegó con la ventaja de
sustituir en el proceso fabril el aceite mineral por el vegetal, y
de esa manera ofertar bienes completamente ecológicos.
Su tecnología irlandesa, en comparación con otras incorporadas en
algunos países para idénticos fines, tiene la virtud de la fortaleza
y de estar al cuidado de un colectivo (alrededor de 700
trabajadores) que la ha mantenido en óptimas condiciones a partir de
un constante movimiento de recuperación e innovación de piezas de
repuesto.
A mediados del 2008, comenzó a ser favorecida con un estable
suministro de materias primas, al punto de disponer, ahora en
almacenes, de más de 200 toneladas de yute, suficientes para
enfrentar los compromisos del 2009 y de los primeros meses del 2010.
POTENCIALIDADES EN CASA
Apoyada en la actual disponibilidad de recursos, que avizora su
estabilidad definitiva, TEXORO trabaja para ir recobrando el lugar
cedido en el mercado de casa, a sabiendas de que puede ser útil a
varios sectores.
Un estudio de clientes potenciales sitúa entre los más factibles
al sector tabacalero, el cual tiene la particularidad de haber
mantenido su preferencia por el tejido cubano de fibras naturales,
aun en los momentos de déficit monetario de la productora. En el
2006 y 2007 ese sector financió la materia prima necesaria y TEXORO
le garantizó la fabricación de la arpillera para las casas de
tabaco.
En la empresa granmense estiman que lograr mayor inserción en la
rama avícola no solo está condicionado por el hecho de que antes del
periodo especial esa rama precisaba cada año 7 000 000 de metros
cuadrados del tejido y hoy sus pedidos no rebasan los 100 000 metros
cuadrados; sino porque utilizan también mantas de nailon importadas,
no ecológicas, y muy susceptibles a degradarse con el Sol.
En otros sectores como el agrícola, los sacos de yute pueden
resolver el latente problema de la falta de envases. Ahora se emplea
mayormente el saco de polipropileno hecho en el país, pero con
insuficiente oferta con respecto a la demanda, y además menos
duradero y más nocivo por el calor que transmite a los productos.
Los productores de carbón se incluyen entre los clientes
incorporados a partir de la nueva gestión promocional de TEXORO, la
cual tiene todavía mucho camino por andar. Otro de los retos es
contribuir a minimizar la importación de frazadas para pisos, ya que
solo esta fábrica es capaz de producir anualmente 2 000 000 de
unidades.
TEXORO, asegura su director Barreto Bravo, está en condiciones de
dar respuesta productiva a todos los clientes cubanos necesitados de
sus producciones, y hacerlo con un alto respeto a la calidad. |