El Premio Nacional de Danza 2009, proclamado ayer, recayó en el coreógrafo, primer bailarín y profesor Isidro Rolando, figura emblemática de la expresión contemporánea de la especialidad en nuestro país.

Isidro Rolando en una de sus más virtuosas y memorables interpretaciones: Súlkary, de Eduardo Rivero. Foto: Ivan Cañas

Convocado anualmente por el Ministerio de Cultura y el Consejo Nacional de las Artes Escénicas para reconocer la obra de toda una vida, el Premio a Rolando se halla avalado por su larga y fecunda contribución a la compañía Danza Contemporánea de Cuba, que cumple ahora medio siglo, y en la que bailó varios de sus clásicos (Súlkary y Panorama de la danza y la música) y aportó coreografías fundamentales (El rapto de las mulatas y La balada de Simón Caraballo).