Augusto precisó que no solo de los cubanos, sino de todos los países que puedan aportar su experiencia, los angolanos necesitan de una mayor colaboración.

En la actualidad, agregó, la danza angolana dispone de los servicios de dos maestros de la nación caribeña para orientar y auxiliar a los nacionales, pero no basta, apuntó.

La idea es acrecentar la cooperación con Cuba, por un lado, acotó y, ensancharla con otros países, por el otro, señaló Augusto.

Una de las esperanzas de mejorar, refirió el dirigente, incluye la formación de bailarines en el exterior, pues a su regreso añadirán valores a la danza nacional, en particular, y al arte, en general.

Por tal motivo, la Escuela Nacional de Danza, refirió, continuará apoyando en la medida de lo posible a los estudiantes en otros países, pues van a contribuir al engrandecimiento de la cultura nacional.

Augusto explicó que para un reconocimiento internacional, se requiere de una escuela con un gran movimiento y técnicos suficientes.