HOLGUÍN.— Con una peregrinación hasta el obelisco a los mártires
de Holguín, la ciudad rindió homenaje a las víctimas de las Pascuas
Sangrientas, un horrendo crimen ocurrido 52 años atrás.
Como cada 24 de diciembre, los holguineros trajeron a la memoria
los nombres de los 23 integrantes del Movimiento 26 de Julio y del
Partido Socialista Popular, masacrados por las hordas del dictador
Fulgencio Batista entre el 23 y el 26 de diciembre de 1956.
En la zona norte de la entonces provincia de Oriente, en
territorios que hoy ocupan las provincias de Holguín y Las Tunas,
fueron perpetrados los asesinatos de los jóvenes, quienes
aparecieron ahorcados, baleados y salvajemente torturados.
El macabro plan fue organizado por el sanguinario coronel Fermín
Cowley, jefe del Regimiento Militar de Holguín, como represalia por
acciones revolucionarias ocurridas días antes como el alzamiento del
30 de noviembre en Santiago de Cuba y el desembarco del Granma, dos
días después.
Rafael Orejón Forment fue ultimado por los esbirros en la
localidad mayaricera de Nicaro el día 23, al cual siguieron los
demás asesinatos.