Los destructores DDG-169 Wuhan y DDG-171 Haikou, así como el buque Weishanhu, equipados con misiles, cañones y armas ligeras, llevan a bordo unos 800 tripulantes, 70 de los cuales son soldados de la fuerzas navales especiales.

Los navíos del contingente, engalanados con flores y cintas de colores, fueron despedidos en el puerto militar de Sanya por una multitud que se concentró en el muelle.

La flota, que demorará 10 días en llegar a su destino en el golfo de Adén, está integrada por marinos que tienen plena confianza en su capacidad para cumplir con la misión de escoltar a los buques mercantes, declaró el contraalmirante Du Jingchen a la agencia Xinhua.

El alto oficial, quien estará al frente de la misión, dijo que entre la tripulación hay personas experimentadas que han llevado a cabo con éxito otras misiones marítimas.

Agregó que esta expedición para prevenir la piratería puede ser más larga y plantea retos imprevisibles.

La función será escoltar en esa zona a los buques mercantes chinos, y a los de Hong Kong, Macao y Taiwán que busquen protección, así como a los de otros países que lo soliciten.

En principio la misión se extenderá por tres meses, a cuyo término los navíos serán sustituidos por otras unidades, de acuerdo con la situación y las decisiones del Consejo de Seguridad.

Fuentes oficiales insistieron en que la nación asiática se remitirá a las resoluciones de las Naciones Unidas y a las leyes internacionales a la hora de ejercer sus deberes en las aguas del Cuerno Africano.

Otro de los objetivos de la flota china será ayudar a las embarcaciones que transportan ayuda humanitaria, como las del Programa Mundial de Alimentos.

El contraalmirante Du precisó que el objetivo inicial no será disparar contra los piratas, sino de dispersarlos.