Estaba
irreconocible. No vestía traje, ni de cuello y corbata, como
acostumbramos a verlo en su función de panelista del programa
Escriba y Lea. Félix Julio Alfonso, ¡ahora como compilador de un
libro de béisbol!, lucía una gorra y pulóver del equipo de Villa
Clara. No parecía un Máster, sino un pelotero o un manager.
Estamos hablando de la presentación, ayer por la tarde, en un
concurrido Pabellón Cuba, de Con las bases llenas¼
Béisbol, historia y Revolución, un compendio de 20 autores
(incluido él mismo).
Felipe Guerra Matos, primer dirigente del deporte revolucionario,
reconoció este homenaje al béisbol a los 50 años del triunfo.
Sonia Almaguer, directora de la Editorial Nuevo Milenio (que
incluye Científico-Técnica, a cargo de la obra, y Ciencias
Sociales), me dijo en un aparte que el trabajo se hizo en seis
meses.
Alfonso agradeció la presencia de glorias deportivas, y ofreció
disculpas porque no aparezcan todos los peloteros que debían.
Entre los presentes se encontraban Christian Jiménez, titular del
INDER; Julio Martínez, primer secretario de la UJC; e Iroel Sánchez,
presidente del Instituto Cubano del Libro.
Hubo libros (¡qué bueno!) para todo el que deseó comprarlos.
Y facilidades para una prolongada sesión de autógrafos.
En ella le pregunté a Alfonso por el buen paso inicial del
conjunto de su simpatía, y me sorprendió lo que dijo concentrado en
las firmas¼
"Sí, el equipo está muy bien. No tiene la presión de otros años."
¿Qué quieres decir con eso?, se me adelantó un improvisado
periodista, pero con mucho olfato de reportero.
"Víctor Mesa le metía demasiada presión a la novena."