Cerca de un centenar de estudiantes de las escuelas de arte
capitalina, integrantes de la brigada Nicolás Guillén, actuaron este
fin de semana en territorios dañados por los recientes huracanes que
afectaron a Cuba.
Pertenecientes a la Escuela Nacional de Arte, la de Circo, la de
música Guillermo Tomás, el Conservatorio Amadeo Roldán y la Academia
de Artes Plásticas San Alejandro, los jóvenes se presentaron en
comunidades poco accesibles de Bahía Honda, Viñales y Minas de
Matahambre, en Pinar del Río, con una excepcional acogida de los
pobladores.
Música tradicional cubana, bailes populares y afrocubanos,
malabares, payasos y hasta una pareja de ballet componían al
colectivo que actúo en Bahía Honda, en los consejos populares de Las
Pozas, Los Núñez y El Morrillo, en la última de las cuales se
presentaron en un círculo social obrero, del cual sólo perduró el
pavimento.
A pesar de que ya son sistemáticas las visitas de delegaciones
artísticas a los damnificados de los meteoros, inmediatamente
después de su paso por territorio cubano, esta resultó singular por
la especial acogida brindada por los pobladores y la emotiva entrega
de los bisoños artistas.
Sin dudas que el talento de los participantes decidió mucho en la
recepción de la propuesta, pero lo que realmente completó el hecho
artístico fue la cálida y espontánea comunicación entre los
protagonistas y su público.
Entre todos sobresalió Aymeé Arozena, estudiante de canto de
segundo año del conservatorio Amadeo Roldán, quién interpretó la
versión de una emblemática canción de Bola de Nieve.
En saldos preliminares, tanto espectadores como artitas obtienen
ganancias, porque unos disfrutan de un excepcional programa
estructurado con buen gusto y piezas de calidad y los otros, además
de poner a prueba lo que aprenden en sus respectivas
manifestaciones, reciben una valiosa contribución a su formación
integral como personas de bien.
Los estudiantes de artes no sólo se ven compulsados a integrar
sus respectivos talentos, sino también que experimentan la vivencia
de entregarse a quienes más los necesitan.
Los discípulos de las escuelas de arte también participan en la
Operación Victoria, que consiste en la apertura de nueve campamentos
permanentes, donde los participantes compartirán las actividades por
el fin de año con pobladores de nueve territorios afectados en todo
el país, de los cuales ya funcionan los dos primeros en Los Palacios
y La Palma, en Pinar del Río.