La otra Florencia

Hace 50 años, este poblado avileño se convirtió en el primero de la antigua provincia de Camagüey en ser liberado de la dictadura de Batista

Ortelio González Martínez

FLORENCIA, Ciego de Ávila.— Desde el privilegiado mirador conformado por las elevaciones que la circundan contemplo a la otra Florencia, con historia y encantos propios. En nada se parece a la ciudad italiana cuna del Renacimiento, ni vivieron aquí los célebres Leonardo da Vinci, Miguel Ángel, ni Dante Alhigieri.

Un centenar de médicos y otros en formación en una de las sedes universitarias.

Ha querido la suerte —o la mala suerte— que la niebla y la lluvia de un día de diciembre escondan al visitante el quehacer cotidiano de gente emprendedora; tanto, que en cuatro ocasiones en los últimos años, el municipio ganó la sede del acto provincial por el 26 de Julio. Y no solo eso.

Un diciembre de medio siglo atrás, llegaron hombres de verde olivo y largas barbas, a decidir por el futuro del humilde asentamiento, perdido en un hueco de la geografía avileña y herido por la acción de gobiernos de épocas extintas.

Para conocer a Florencia y su obra hay que llegarse hasta allá.

El panorama que vieron, hace cinco décadas, fue bien distinto: tres médicos que buscaban monedas salvadoras con las calamidades ajenas; igual cantidad de enfermeros, cinco escuelas públicas, ningún estomatólogo, campesinos desperdigados a su suerte, y la Guardia Rural, con plan de machete que descargaban en cualquier espalda inquieta.

Nada de ficción tiene la historia. Me la comentaron algunos que la vivieron, o, mejor dicho, la sufrieron: José Negrín San Gil (Pepe Negrín), segundo jefe del Movimiento 26 de Julio en la zona; Euriquio Concepción Arzola, integrante de la Columna 11 Cándido González; Osvaldo Ramón González —El Cabo—, de la 13 Ignacio Agramonte; Teodomiro Linares Companioni y Julián Rodríguez Valdés, combatientes también.

Pepe Negrín, el combatiente, y el futuro.

"Yo era técnico en Farmacia y pasé mucho trabajo —dice Pepe Negrín—, pero otros estaban peores. Había que cambiar el sistema. Siempre tuve esa convicción y por eso no vacilé en integrarme al Movimiento 26 de Julio.

"Vi gente vender parte de sus tierras para pagar el médico y las medicinas. También pude constatar cómo morían las personas sin que las consultaran. En mis manos falleció un niño mientras le ponía un suero. Los padres, que todavía viven, decían que tenía acidosis, pero en realidad murió de gastroenteritis", aseveró quien este 14 de diciembre —¡vaya casualidad!— celebrará la liberación del poblado y su cumpleaños 73.

Teodomiro y Julián concuerdan que desde el 15 de noviembre de 1958, cuando la emboscada de El Malangal, el ejército batistiano comenzó a huir de Florencia, y las fuerzas revolucionarias a entrar y salir a su antojo. "Así fue como nos convertimos en el primer pueblo liberado de la antigua provincia de Camagüey, pero la independencia la proclamaron las fuerzas del Ejército Rebelde, al mando de Camilo, el 14 de diciembre. Roberto León, jefe de la Columna 11 en la zona, pronunció palabras que todavía resuenan en el lomerío: "La bota batistiana jamás pisará el suelo florenciano."

EL VERDADERO NACIMIENTO

Florencia es el único municipio del territorio que jamás tuvo un central azucarero y casi siempre permaneció alejado de los "místeres", que controlaban las plantaciones cañeras. Sin embargo, cuentan que allí fabricaban la ¡mejor raspadura de todo Ciego de Ávila!

Orgullo de la comunidad eran —y siguen siendo— el tabaco, la ganadería y su fábrica de conservas, vieja y achacosa, pero en movimiento.

Los nativos también hablan con repitencia del Complejo Hidráulico Liberación de Florencia (CHLF), el mayor de la provincia, capaz de embalsar 79 millones de metros cúbicos de agua; de la cría de peces y de la Pequeña Central Hidroeléctrica (PCH) Alzamiento de Jagüeycito.

No escapan del comentario popular reconocidos ganaderos como Julio César Chinea, Enrique Oria, Joel Morales San Gil y Martín Rodríguez Chinea, quienes sin dar cabida a la ineficiencia, han contribuido en gran manera a que el territorio supere este año el 1 600 000 litros de leche.

La mejor unidad de medida del esfuerzo no siempre son los números, pero ocultarlos sería un acto de desagravio a la obra de estos 50 años. Lea: 100 médicos (37 de ellos en misión internacionalista), 172 enfermeros, 26 consultorios, tres hogares maternos, dos policlínicos, una clínica estomatológica, cuatro sedes universitarias, 35 escuelas primarias (13 con menos de cinco alumnos y tres con uno), una de la Enseñanza Especial, otra de oficios...

Y, por cierto, abunda aquel que en tono de broma, pero bien serio, te hace la pregunta con dosis de afirmación: ¿Y usted sabe que nosotros fuimos el primer territorio en Cuba en ganar la Batalla por el sexto grado, y el segundo en vencer la del noveno? Entonces a uno no le queda más remedio que creer en la constancia.

Mayelín Ojeda Torres, primera secretaria del Partido, y Ángel Aragón César, presidente del Gobierno, prefieren hablar más de los retos que de los resultados. "La producción de alimentos, los viales y la marcha de las obras de la Batalla de Ideas son puntos candentes de análisis cotidiano. A ellos dedicamos los mayores esfuerzos", dicen casi al unísono.

"Trabajar duro, más que una frase, es un llamado", afirma Mayelín. No le falta razón. Solo ilustraré con dos cifras delatoras del tesón: Este diciembre los florencianos transitan por el mes 31 sin muertes en niños menores de un año y llevan más de ¡7 200! días sin que fallezca una madre.

Gente sencilla y con arraigado orgullo propio son los florencianos, quienes viven la más tranquila de su existencia con la convicción de que su terruño no será el mismo de aquel ayer de hace 50 años.

 

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