Autoridades sanitarias de la demarcación precisaron que los lesionados están en estado crítico y necesitan atención especializada, por lo cual fueron trasladados desde la base aérea que ocupan las tropas norteamericanas en el territorio.

El pasado jueves, un atacante suicida hizo estallar su cinturón cargado de explosivos en el restaurante Abdulah, de Kirkuk, y provocó la muerte de 55 personas y heridas a por lo menos 110, según datos de la policía iraquí.

La acción se produjo horas antes de que el presidente Jalal Talabani viajara a esa zona petrolera para reunirse con líderes kurdos y árabes a fin de hallar una vía para reducir las rivalidades étnicas.

El territorio en cuestión es un rico enclave petrolero y, por lo mismo, blanco de múltiples disputas entre grupos políticos y económicos favorables o negados a su autonomía, a lo que se suma su ubicación geográfica en la conflictiva región del Kurdistán iraquí.

Los kurdos abogan por anexar Kirkuk y la provincia aledaña de Tamim a su región autónoma, mientras la mayoría de los residentes turcomanos y árabes prefiere mantenerla bajo el control del gobierno central por miedo a que los primeros los discriminen.

El ejército y la policía, apoyados por tropas estadounidenses, mantienen allí un fuerte patrullaje y realizan operaciones de rastreo para prevenir nuevos atentados, según indicaron reportes televisivos.

Asimismo, las tropas ocupantes extranjeras reportaron la captura de 13 sospechosos de pertenecer a grupos de la resistencia durante operaciones de seguridad realizadas el viernes y este sábado en el norte y centro de Iraq, básicamente en la ciudad de Mosul.