.— El gobierno de Bolivia
denunció esta semana una campaña mediática destinada a desacreditar
su gestión ante la opinión pública doméstica e internacional.
Diversos medios de prensa reflejaron acusaciones propias contra
miembros del Ejecutivo y se hicieron además eco de otras lanzadas
por individuos o por sectores radicales de la oposición.
Imputaciones de supuesta corrupción y vínculos con el
contrabando, así como falsedades sobre la situación política interna
forman parte de los ataques, advirtió el portavoz del oficialismo,
Iván Canelas.
Según el vocero, semejante postura caracteriza a algunos diarios,
emisoras y canales de televisión en los últimos meses, con la clara
intención -precisó- de dañar la imagen del gobierno y en particular
del presidente Evo Morales.
Se trata de noticias inciertas, publicadas desconociendo los
principios básicos que cualquier tratamiento informativo responsable
amerita, lamentó.
De acuerdo con Canelas, las pruebas de tales conductas fueron
enviadas al Consejo Nacional de Ética y a Tribunales de Honor del
sector, sin recibir hasta el momento respuestas de esas entidades.
Por su parte, el senador por el Movimiento al Socialismo Félix
Rojas afirmó que la ultraderecha a través de su campaña mediática
sólo busca desviar la atención para encubrir a los culpables de una
masacre de campesinos acontecida en el departamento de Pando, en
septiembre pasado.
Al menos 20 campesinos resultaron asesinados y decenas heridos en
el amazónico territorio, suceso por el cual el opositor ex prefecto
pandino Leopoldo Fernández y dirigentes cívicos locales aparecen
como los principales sospechosos.
La víspera el gobierno boliviano solicitó a la prensa
comprometerse con la verdad en aras de contribuir al desarrollo de
este país andino y a la paz entre sus habitantes.