Ha sido un privilegio conversar con Norman Girvan. El encuentro con este prestigioso intelectual jamaicano, quien acaba de recibir el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad de La Habana, ocurre en la Casa de las Américas. No habría mejor lugar. El profesor de la Universidad de las Indias Occidentales de Trinidad y Tobago es un hombre seducido por el Caribe.

Sin embargo, a medida que el diálogo corre hay más revelaciones. A Girvan la Revolución cubana lo enamoró para siempre. Fue en los años 50. Siendo un adolescente, mientras perseguía el rock and roll de Elvys Presley y Fats Domino por estaciones norteamericanas, tropezó con una señal que anunciaba el renacimiento de una Isla.

"Fue sorprendente escuchar Radio Rebelde. Aquellas noticias sobre Fidel, el Che, la guerra en la Sierra Maestra resultaron muy importantes para nosotros, porque en ese momento en mi país no se hablaba mucho de Cuba.

"Al triunfo de la revolución el impacto fue mayor. Los interesados en el proceso cubano sabíamos que la Reforma Agraria, la Reforma Urbana y el programa de alfabetización, por ejemplo, no eran simples cambios, que en la Isla no había solo un nuevo Gobierno, sino una nueva época de transformaciones profundas.

"Entonces pudimos relacionar lo que estaba pasando en esa nación con estructuras semejantes en nuestros países y empezamos a inspirarnos en el camino y en el discurso de la Revolución cubana.

"Hoy lo más importante es el ejemplo que ha dado al mantener su soberanía, su ruta política y económica, y, por supuesto, su solidaridad con el resto de los pueblos".

"Creo que lo más importante es que ocurra una vez más este intercambio. La celebración del encuentro en una ciudad como Santiago, de tantos vínculos con países como Jamaica y Haití también resulta significativa.

"Yo asistí a la primera conferencia en La Habana, en el año 2002, lo que constituyó una experiencia muy fructífera. Esta oportunidad debe conducir a la reactivación del Acuerdo Cuba-CARICOM para lograr un mayor crecimiento del comercio entre los países del área, en el contexto de una crisis financiera internacional.

"Es imprescindible que los gobiernos busquen medidas para fortalecer estas relaciones, debido a las consecuencias de la crisis, como el alto precio de los alimentos. Además, a partir de la reunión debe haber mayor atención al problema ambiental. En ese sentido, espero también que se pueda poner en práctica, con más rigor, la Comisión sobre el Mar Caribe, que representa un canal de cooperación para la zona."

"Existen iniciativas en la región que responden a un tipo de integración mucho más justa, distantes de las imposiciones del mercado. La Alternativa Bolivariana para las Amé-ricas (ALBA) y Petrocaribe constituyen una forma práctica de solidaridad internacional.

"Ante la crisis económica del capitalismo y el aumento de los precios del petróleo, de los alimentos, del transporte, el uso de los créditos otorgados a países más pobres les permite fortalecer el sector estatal, construir una mejor infraestructura, avanzar en lo social. Ocurre diferente con las donaciones y los préstamos del Banco Mundial o la asistencia financiera de la Unión Europea.

"Lo más importante del ALBA es el trato diferenciado a las naciones, en consonancia con sus problemáticas, con las circunstancias específicas de cada territorio. Creo que el Caribe debe mirar más al ALBA y también reciprocar esa solidaridad."

Durante el diálogo con Granma, Girvan, quien se desempeñó como secretario general de la Asociación de Estados del Caribe desde el 2002 al 2004 y hoy forma parte de la Junta Directiva del Centro Sur, organización intergubernamental de los países en desarrollo, dejó un último mensaje.