La universalidad y cubanía de la gran poetisa Dulce María Loynaz
fue subrayada hoy en el Instituto de Literatura y Lingüística, de
esta capital, al celebrarse hoy el aniversario 106 de su natalicio.
Premio Cervantes 1992 y Nacional de Literatura en 1986, la Loynaz
es una de las creadoras más sobresalientes de la lengua española y
paradigma de dignidad, quien nunca renunció a su Patria ni la difamó
y cuya obra y trayectoria vital resultan inagotables para los
investigadores.
Su obra literaria revela la maestría en el manejo del castellano,
decantación del lenguaje, poder de síntesis, claridad, sencillez y
sobriedad en la expresión lírica.
Zayda Capote, investigadora del Instituto de Literatura y
Lingüística, destacó que el homenaje a la hija del General del
Ejército Libertador Enrique Loynaz del Castillo incluye una próxima
edición crítica de la novela Jardín.
Juan Ramón de la Portilla, director del Centro Hermanos Loynaz,
de Pinar del Río, informó las coordinaciones para una nueva edición
de la novela Un verano en Tenerife, con fotografías de los
viajes de la gran intelectual a Islas Canarias.
Carmen María Torres, profesora de la Universidad de La Habana,
disertó sobre la obra de la homenajeada y subrayó que ésta goza de
la magia de la forma interna de la poesía, que propicia el salto
entre el mundo real y los demás.
La doctora María Dolores Ortiz, al presentar el libro La hija
del General, de Vicente González Castro, precisó que el texto
dio a conocer muchas facetas de la autora, en una época en la que
apenas se tenía información de su obra y contribuyó al acercamiento
con la joven intelectualidad.
Los homenajes continúan mañana en el Centro Hermanos Loynaz, con
conferencias sobre las obras "Un verano en Tenerife" y "Últimos
días de una casa", y acerca de la significación de la Loynaz en
la poesía cubana