La actriz inglesa Vanessa Redgrave, intérprete de los films Julia
y Regreso a Howards End, entre otros, viajó a esta capital para
presentar su película La fiebre, en el XXX Festival Internacional
del Nuevo Cine Latinoamericano.
La cinta, que se estrenará esta noche en el cine Charles Chaplin,
fue dirigida por Carlo Gabriel Nero, hijo de la gran actriz. La
fiebre es una coproducción británico-estadounidense en la que
comparten honores con Vanessa Redgrave, Angelina Jolie, Joely
Richardson y Michael Moore.
Basada en el monologo teatral del actor y escritor Wallace Shawn,
La fiebre es la segunda película de Nero. Juntos participaron en
Zabaltegi, en 1999, con la ópera prima de Nero Uninvited.
En la obra la actriz desempeña el protagónico en un drama en que
da vida a una mujer perteneciente a una clase social acomodada, que
viaja por un país pobre y en guerra y que se ve repentinamente
atacada por una enfermedad pasajera.
La fiebre y el malestar le hacen reflexionar sobre el privilegio
de las clases burguesas del mundo occidental frente a la pobreza, la
violencia y la injusticia.
La célebre intérprete, nacida el 30 de enero de 1937, es hija de
los actores Michael Redgrave (La soledad en el corredor de fondo) y
Rachel Kempson (Georgy Girl), hermana de los también actores Corin y
Linn Redgrave, y madre de las actrices Natasha y Joely Richardson,
fruto de su matrimonio con el director Tony Richardson.
Vanessa se preparó profesionalmente en la Central School of
Speech and Drama y más tarde se incorporó a la Royal Shakespeare
Company, con quien estrenó obras como La dama del mar y La gaviota.
Tras una poco relevante participación en la serie Adiós a las
armas, actuó bajo las ordenes de Fred Zinnemann en Un hombre para la
eternidad y, Michelangelo Antonioni la contrató para protagonizar el
largometraje Blow up, filmes estrenados ambos en 1966.
Ese año ganó el Premio a la Mejor Actriz en el Festival de Cannes
por Morgan, un caso clínico, por cuyo papel obtuvo una de las varias
nominaciones al Oscar durante su brillante trayectoría artística, lo
que en aquella oportunidad le supuso competir con su propia hermana
Lynn, que optaba a la estatuilla por Georgy Girl.
Esta notable actriz recibió en 1999 el Premio Donostia, que como
homenaje a grandes figuras del cine instituyó en 1986 el Festival de
cine de San Sebastián.