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Jóvenes de países islámicos reivindicaron aquí mayor protagonismo
social basado en la riqueza de su herencia cultural y religiosa, al
tiempo que exigieron a Occidente diferenciar terrorismo de
resistencia, comentaron hoy medios tunecinos.
El pronunciamiento quedó plasmado en el llamado Pacto de Túnez,
documento final de una conferencia internacional sobre la juventud
en el mundo islámico, titulada Apuestas Actuales y Desafíos Futuros.
Al reseñar los resultados del foro, concluido el miércoles en la
norteña localidad de Gammarth, editoriales de periódicos y canales
televisivos destacaron la defensa que los jóvenes hicieron de los
valores de tolerancia y respeto mutuo en las relaciones entre
pueblos.
Los participantes solicitaron la realización de una conferencia
internacional para diferenciar el terrorismo de la legítima
resistencia conducida por los pueblos en defensa de sus derechos.
En ese sentido, subrayaron que el combate mundial al terrorismo
debe estar basado en los principios de derechos humanos, la
legitimidad internacional y la supremacía del derecho y las leyes.
La juventud árabe y musulmana encomió también los valores que
abogan por la moderación y la construcción de puentes de
comunicación y diálogo entre civilizaciones, grupos étnicos,
culturas y religiones.
El Pacto de Túnez podría asegurar la participación activa de los
jóvenes en el mundo islámico de un ambiente de civilización humana,
coexistencia y concordia dentro de la diversidad cultural, opinó el
primer ministro tunecino, Mohamed Ghannouchi, al clausurar la cita.
Organizada por el gobierno del presidente Zine El Abidine Ben Ali
y la Organización Islámica para la Educación, la Ciencia y la
Cultura (ISESCO), el evento abogó porque 2010 sea proclamado Año
Mundial de la Juventud y acoja una reunión sobre el tema auspiciada
por la ONU.
Nada puede hacerse sin la juventud, sentenció el mandatario Ben
Ali en un mensaje a los asistentes, para luego defender la adopción
en la referida fecha de un pacto internacional que una a las nuevas
generaciones en su creencia sobre valores universales comunes.
Las sociedades islámicas se enfrentan a grandes retos culturales,
de comunicación, científico, tecnológico y económico, de ahí que los
jóvenes deban estar a la vanguardia de las fuerzas del desarrollo,
la modernización, la acción benéfica y la contribución, remarcó.