Un
largo viaje a los ancestros prosigue Flora Fong para anclar en el
2009, Año del Buey representativo de China, en el que también la
artista cubana arribará a los sesenta años de edad. Tal vez busque
otra ruta, o época, en su pintura pero habrá en ella un rasgo
indeleble: la caligrafía, aunque la levedad de esta no se perciba en
la primera mirada a su obra. Así lo piensa.
En su estudio entre inmensos lienzos que superan su talla
corporal, aparecen terminados o a medio hacer varios cuadros que
integran su colección Viaje a los ancestros, en su segunda
etapa.
Sobre el atril hay una pieza colosal en la cual trabaja. Se trata
de un cuadro peculiar semejante a una maleta amarilla, palmas reales
y figuras que para cualquiera son simples líneas curvas enlazadas. Y
aquí comienza la historia, en su propia voz:
—Esas "figuras" son personas, en la caligrafía china. En la
escritura de mi padre Francisco Fong, quieren decir personas, en
cualquiera de mis cuadros de esta etapa, las verán.
A un lado Chino aplatanado, otra de las obras que exhibirá
en el 2009. Esta, en particular, dedicada a su padre quien escribía
a su hermano –desde Cuba-- en la más pulcra caligrafía china. Sin
perder un instante en su creación y luego reposada mirando a
distancia lo que acaba de hacer, Flora examina su arte para luego
levantarse y toma de nuevo un pincel o el tubo de pasta con los que
corrige algo que no le haya parecido bien.
Cerca
de los cuadros de esta colección, se observan dos óleos diferentes;
una anchurosa marina y un ciclón, los cuales no escapan a nuestro
interés; lo comprende y responde sin esperar la pregunta:
—Es el segundo cuadro que pinto sobre el ciclón de Santa Cruz del
Sur; el primero que hice, hace algunos años desapareció del lugar
donde estaba, como si el mar se lo llevara¼
por eso ahora pinté otro. El ciclón tiene mucho que ver con esta
etapa de mi pintura.
La pregunta es obligada, ¿por qué?
—Encontré en ese fenómeno natural una relación; el elemento
lineal, la tempestad ofrece esa visión, así como el rastro que deja;
yo veía líneas, líneas afines a la pictografía china. La caligrafía
tiene su origen en ella; al principio de los tiempos fue muy
compleja, la he estudiado, y con el tiempo ha sido simplificada. Por
ejemplo, la figura humana se representaba hasta con la cabeza y hoy
son esas líneas curvas y enlazadas en un punto que aparecen en estos
óleos y en los bronces que he hecho. Fue un estudio de diez años,
experimentando, al principio.
La influencia de aspectos de la cultura china en la nacionalidad
cubana no es un secreto para nadie. Las tres raíces principales,
fundadoras de ella no son otras que la europea (fundamentalmente
española), la africana y la china. Flora Fong, camagüeyana, no
escapa a una de ellas, como tampoco escapó el poeta Regino Pedroso,
ni Wifredo Lam, el genial pintor universal.
¿Cuánto de esta historia de la caligrafía china tiene la obra de
Lam?, preguntamos a Flora Fong:
—La influencia mayor de la pintura de Lam corresponde al origen
africano de nuestra nacionalidad. Eso está dicho y demostrado, pero
la pintura de él asume también la línea, elementos de la caligrafía
china, además ciertas tonalidades; la espiritualidad, finura y
sutileza, con su genio indiscutible. Veo la influencia en el tono.
Cuando miro su obra, me queda ese pensamiento, muy fijo. Lam maneja
cierto concepto planimétrico, una forma espacial propia de la
pintura china. Así es como yo la veo. Quizás sin proponérselo
ocurrió esa fusión en su trabajo.
Sobre otros cuadros y piezas de bronce de su etapa en torno a los
ancestros Flora menciona, con particular interés De China al
Caribe, y otra, aún sin título y en preparación, que se le
solicitó para confeccionar por Cuba el sello conmemorativo del 60
aniversario de la fundación de la República Popular China. Este
sería la segunda estampilla postal creada por ella, con el referente
de una fecha histórica de China.
En un lugar especial de su casa hay un pequeño bronce que hizo
para su propio gusto: El pez dormido. Las palmas cubanas y un
pez, se imbrican. Dice:
—Puedo hacer algunos semejantes, pero ese lo conservo para mí.
¿De las visitas ilustres que has tenido en tu casa-taller cuál
tiene un significado especial para ti?
—La de Gabriel García Márquez porque llegó y subió por una
escalera pero no era la que conducía al estudio sino a mi
habitación. Le dije que el taller estaba al otro lado y él me
contestó que le gustaba empezar por el segundo cuarto, fue una broma
pero vio un cuadro que yo me había reservado y ese fue el que le
gustó, fue la obra que adquirió luego de haberlas visto todas. Me
quedé con la foto del cuadro pero de ese no haré ninguna réplica ni
nada parecido.