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Bush llega a Perú y exigen sea juzgado por crímenes

LIMA, 21 de noviembre (PL).— El presidente saliente de Estados Unidos, George W. Bush, llegó hoy a la capital peruana bajo duras medidas de seguridad, mientras en una céntrica plaza una manifestación demandaba su juzgamiento por crímenes contra la humanidad.

Con los días contados para dejar el mando, Bush llegó al Grupo Ocho de la Fuerza Aérea, una base adyacente al aeropuerto internacional Jorge Chávez, a la que solamente ingresaron funcionarios, militares, policías y fotógrafos de prensa rigurosamente aislados.

El gobernante norteamericano fue recibido por el ministro de Defensa, Ántero Flores-Aráoz, y personal de protocolo, así como personal de su embajada, y estuvo sólo unos instantes en la pista de aterrizaje.

Bush llegó para participar en la XVI Cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), marco en el cual tendrá reuniones bilaterales con los presidentes de Perú, Alan García; China, Hu Jintao, y Surorea, Lee Myung-bak, y con el primer ministro de Japón, Taro Aso

No tuvo ningún contacto con la población, ni siquiera en su desplazamiento al lujoso hotel que lo albergará hasta el sábado, pues el trayecto fue copado por miles de policías y militares para que pase con rapidez y sin interrupciones.

La seguridad incluyó un helicóptero que sobrevoló todo el trayecto de la caravana, en la que iban los guardaespaldas de la Casa Blanca, la seguridad local y un vehículo todo terreno con personal de élite de la policía, entre otros resguardos.

La seguridad en torno el hotel que lo cobija es de tal magnitud que la zona en que se encuentra ha sido convertida virtualmente en una jaula, por estar cercada en varias manzanas a la redonda con rejas metálicas y policías que impiden acercarse al hotel, ni siquiera a pie.

A varios kilómetros del hotel y del aeropuerto, una combativa manifestación repudió la presencia de Bush, en la céntrica Plaza Dos de Mayo, lo condenó moralmente por sus crímenes, a tiempo de demandar que, una vez fuera de la presidencia, sea juzgado por la Corte Penal Internacional.

La concentración fue precedida por la realización de tres tribunales simbólicos, uno antimperialista, otro de mujeres y otro de jóvenes, que coincidieron en la condena al gobernante estadounidense, por sus agresiones a Iraq y Afganistán, el bloqueo a Cuba y otros crímenes.

En sus conclusiones, el tribunal antimperialista denunció entre las violaciones de derechos humanos cometidas por el régimen de Bush, el encarcelamiento injusto de cinco luchadores antiterroristas cubanos, desde hace una década.

 

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