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La XVI Cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC)
se iniciará mañana en Perú con una expectativa limitada por la
decisión previa de sumarse a la insuficiente receta anticrisis del
G-20.
El respaldo a la declaración previa del G-20 sobre la crisis fue
aprobado ayer por una reunión de cancilleres y ministros de Comercio
de las 21 economías asistentes.
La cita ministerial afinó un borrador de declaración de la Cumbre
elaborado por funcionarios y que será sometido a consideración de
los gobernantes que sesionarán durante el fin de semana.
La adhesión a las posiciones del G-20, un bloque de grandes
potencias económicas, defraudó algunas expectativas sobre la
posibilidad de que APEC, debido a su composición más diversa,
podrían lanzar una mejor receta contra la crisis.
El proyecto de declaración insiste en proclamar el libre comercio
y las recetas neoliberales, pese a que, ante la crisis, países como
Estados Unidos tienden a tomar medidas ajenas a esa ortodoxia, como
la inyección de grandes sumas en los bancos quebrados o el
proteccionismo rechazado por el G-20 y APEC.
Según expertos consultados por el diario La Primera, esa dualidad
se debe a que no es fácil que los que llevaron al mundo a la actual
crisis y los que se dejaron llevar, admitan que estuvieron
equivocados.
El problema, añade, es que la economía mundial va a tratar de
salir de la crisis insistiendo en el modelo que la generó, pues la
declaración del G-20 ha sido criticada por la ausencia de medidas
efectivas anti-crisis.
Desde fuera de los fortificados salones de la cumbre, el
vicepresidente de la Confederación General de Trabajadores (CGTP)
Olmedo Auris, demandó, en el caso peruano, enfrentar la crisis con
la restitución del rol dirigente de la economía del Estado.
Auris salió al frente de las posiciones del presidente Alan
García, quien sostiene que la crisis mundial es pasajera y se
solucionará persistiendo en la política neoliberal, lo que minimiza
la gravedad de la crisis, según el sindicalista.
Para el dirigente obrero lo recomendable es una mayor
intervención del Estado en la economía, que reactive la economía y
deje de lado el recorte del gasto y la inversión pública en sectores
como salud, educación e infraestructura.
Ante la crisis, es necesario restituir el rol dirigente del
Estado; y que éste no solo sea regulador, sino también planificador,
emprendedor, que proteja a la población, aseveró.