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Plegaria musulmana devino masiva protesta contra EE.UU. en Iraq

BAGDAD, 21 de noviembre (PL). — Miles de iraquíes, en su mayoría chiitas seguidores del clérigo Muqtada al-Sadr, convirtieron hoy las habituales plegarias de los viernes en una multitudinaria demostración de rechazo a la ocupación militar de Estados Unidos.

Las principales plazas de Bagdad y otras ciudades del interior de este país árabe fueron tomadas por personas opuestas a un denominado acuerdo de seguridad a largo plazo que firmó el gobierno del primer ministro, Nouri Al-Maliki, con su similar de Washington.

El polémico pacto, que debe ser ratificado por el parlamento iraquí el próximo lunes, fija la permanencia de las tropas estadounidenses hasta finales de 2011, para lo cual presionó la Casa Blanca a fin de legitimar su presencia tras expirar el mandato de la ONU en diciembre.

Al respecto, contempla el repliegue de esos efectivos de las ciudades iraquíes en junio de 2009 y somete al control iraquí las operaciones militares y el movimiento de los estadounidenses.

La parte más controversial es la que otorga al gobierno local poderes judiciales limitados sobre los soldados norteamericanos y otras autoridades foráneas en caso de que cometan serios crímenes fuera de sus unidades y en acciones ajenas a sus obligaciones.

Una multitud que salió desde Ciudad Sadr se concentró en la plaza al-Fourdos del centro de la capital y, tras los rezos de rigor, cantaron y gritaron consignas como nunca, nunca al pacto , muerte a los invasores, abajo los norteamericanos, y otras.

Mientras enarbolaban banderas iraquíes y vallas chiitas de color verde, los participantes en la marcha exhortaron a los legisladores iraquíes a vetar el texto, pese a que los partidos afines al ejecutivo son mayoría y se da por segura la aprobación parlamentaria.

Los sadristas advirtieron que si el acuerdo es aprobado, será un factor de división en la lucha por la reconciliación, pues no se puede tolerar el pacto del servilismo y la vergüenza.

Fuertemente vigilados por las fuerzas de seguridad, los manifestantes pisotearon y quemaron una efigie del presidente George W. Bush en el mismo lugar donde las tropas estadounidenses derribaron hace años una estatua del derrocado mandatario Saddam Hussein.

El rechazo de los seguidores de Al-Sadr hace temer un rebrote de la inestabilidad, pues las milicias leales al clérigo decidieron una tregua unilateral, pero advirtieron que podían retomar protagonismo si consideraban dañada la soberanía e independencia nacionales.

Según reportes policiales, en las últimas horas al menos nueve personas murieron y unas 60 sufrieron lesiones de diverso grado en atentados separados en Bagdad y en Mosul.

 

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