La creación, con recursos locales, de una máquina capaz de
procesar varios productos agrícolas constituye un valioso aporte al
esfuerzo que realiza Cuba para elevar por diversas vías la obtención
de alimentos.
El equipo fue ideado y construido por el innovador Ángel Zequeira
Conde, trabajador de la Agricultura Urbana en el municipio de
Amancio, en la oriental provincia de Las Tunas, y puede moler en
ocho horas más de una tonelada de maíz seco o unas 40 cajas de
tomate destinado a la producción de puré.
También esta mini-industria alimentaria tiene la posibilidad de
elaborar en igual tiempo unos 300 chorizos de 10 centímetros de
largo o triturar cabecilla de arroz para pienso animal, además de
plátano, yuca y mango, entre otros productos.
Zequeira explicó a la AIN que la idea original para construir la
máquina le surgió luego de crear una más pequeña destinada a moler
maíz tierno, y su montaje lo realizó a muy bajo costo.
Para ello enrolló y recuperó un viejo motor en desuso, que ahora
tiene una potencia de 7,5 caballos de fuerza y mueve mediante dos
poleas las máquinas empleadas en la trituración.
La inventiva se utiliza para a brindar servicios a centros
educacionales, de la salud, el Ministerio del Interior y otros
organismos del municipio, así como también a pobladores de la
localidad de Amancio, 700 kilómetros al este de La Habana.
Entre sus ventajas figura que acerca el procesamiento industrial
a las áreas agrícolas, lo cual ahorra transportación, además de
incrementar las posibilidades de producir alimentos semielaborados
que garantizan su conservación para ser utilizados fuera de la
temporada de cosecha.
Esta iniciativa demuestra la factibilidad de lograr soluciones
locales mediante la recuperación de equipos en desuso y sin el
empleo de costosas inversiones, por lo que pudiera extenderse a
otros territorios del país