LAS TUNAS— Después de siete semanas de severos daños en el sector
(más de 4 200 escuelas fueron blanco directo del huracán en toda
Cuba), los trabajadores de la Educación siguen llamados a redoblar
el empeño en dos direcciones básicas: ayudar a la rápida
recuperación de las instalaciones que faltan y ofrecerles especial
atención a los estudiantes cuyas actividades y programas docentes se
han atrasado o interrumpido.
Ena
Elsa Velázquez constató el empeño por eliminar los daños en varias
escuelas tuneras.
Así lo enfatizó Ena Elsa Velázquez Cobiella, ministra cubana de
Educación, al recorrer zonas del norte y centro de Las Tunas:
provincia donde todavía no se ha podido reiniciar el curso escolar
en diez centros internos, lo que significa que unos 2 355 alumnos
permanecen sin recibir clases, fundamentalmente por residir muy
dispersos, en apartados parajes de la geografía rural.
Las próximas jornadas —precisó— serán determinantes para avanzar
más, con la ayuda que el país ha ofrecido de tejas para cubiertas de
escuelas, sobre todo en Holguín, Las Tunas y Camagüey, hacia donde
también deben distribuirse producciones en zinc que asegurará la
industria sideromecánica tunera a partir de fondos donados por la
UNESCO.
Al apreciar la participación de profesores, demás trabajadores,
estudiantes y vecinos, Lora, Chaparra, Delicias, Puerto Padre y Las
Tunas, la Ministra ponderó la prioridad que el Partido y el Gobierno
le han concedido a la educación en este territorio, uno de los más
golpeados por el meteoro.
Por eso —insistió— continúa siendo tan necesaria e importante la
comprensión y contribución de todos: personal docente, estudiantes,
padres, familia, barrio para recuperar lo dañado materialmente, pero
también para aplicar cuántas soluciones y alternativas permitan
recobrar clases, poner al día los programas y asegurar la calidad
del proceso.