.— Los presidentes de
Egipto, Hosni Mubarak, y de la Autoridad Nacional Palestina (ANP),
Mahmoud Abbas, examinaron hoy la marcha de los preparativos de una
conferencia dirigida a reconciliar a todas las facciones del pueblo
palestino.
Mubarak conversó en esta capital con Abbas acerca de los últimos
acontecimientos en el tema palestino, incluidas las vías para
promover las estancadas negociaciones de paz de la ANP con Israel,
ahora amenazadas por la crisis política en el estado judío.
El canal estatal Nile TV informó que ambos mandatarios
coincidieron en que la unidad del pueblo palestino es precondición
para una negociación efectiva con Tel Aviv y defendieron la
realización de una reunión en El Cairo, en noviembre próximo.
Abbas, quien llegó el domingo a esta capital para una visita de
dos días, encomió los esfuerzos egipcios para sentar a una misma
mesa a las 12 organizaciones palestinas en aras de poner fin a las
rivalidades, particularmente entre Al-Fatah y Hamas.
El partido del presidente palestino y el Movimiento de la
Resistencia Islámica (Hamas) protagonizan un antagonismo acentuado
desde que el segundo despojó del poder al primero en Gaza, en 2007.
La iniciativa egipcia propone la creación de un gobierno de
unidad que sustituya el control de facto de los islamistas en la
Franja de Gaza y el mandato constitucional de la ANP en la Ribera
Occidental, dado que la administración de Abbas debe concluir en
enero de 2009.
Asimismo, recomienda consenso para convocar a elecciones
anticipadas presidenciales y legislativas, y hacer reformas a los
servicios de seguridad en ambos territorios.
Por su lado, la agencia oficial MENA indicó que los dos
presidentes pasaron revista a los resultados de la visita del
mandatario israelí, Shimon Peres, quien la semana pasada se
entrevistó con Mubarak.
Israel y la ANP negocian para sellar un acuerdo auspiciado por
Estados Unidos, que promovió en noviembre de 2007 la conferencia de
Annapolis con el fin de concretar la paz antes de concluir este año.
Sin embargo, la intransigencia hebrea, la ampliación de los
asentamientos judíos en territorios ocupados de Cisjordania y las
dilaciones en la definición de otros temas medulares como el
estatuto de Jerusalén oriental, mantienen virtualmente muertas las
pláticas.