Bajo esa política, que califica como un acto genocida, según la
Convención de Ginebra para la Prevención y Sanción del Delito de
Genocidio de 1948, nacieron las dos terceras partes de la población
del país, que han visto comprometido su día a día en los más
disímiles sectores.
El transporte en la Isla, una de las áreas afectadas con mayor
impacto social, inicia el camino hacia la recuperación de su
infraestructura y equipamiento, pero aún debe sortear los numerosos
obstáculos que supone el bloqueo para el avance de las medidas
recuperativas.
Según el Informe presentado por Cuba a la ONU, que será sometido
a votación el 29 de este mes en la Asamblea General, en el periodo
2007-2008, la demora en las transacciones comerciales para adquirir
piezas de repuesto y el aseguramiento técnico para el mantenimiento
de los vehículos, debido a la necesidad de buscar intermediarios y
la lejanía de los mercados, provocó que más de 19 millones de
pasajeros dejaran de ser transportados por el sistema de METROBUS.
La guerra económica contra la Mayor de las Antillas ha provocado
un desembolso adicional de más de 70 millones de dólares en este
sector. Esta cifra incluye el aumento del costo de importación por
reubicación de mercados, por casi 18 millones; el financiamiento
adicional por riesgo país de cinco millones; gastos adicionales por
fletes y seguros por 21 millones; el costo adicional por
inmovilización de recursos en inventario por 18 millones y las
afectaciones monetarias por variaciones cambiarias y el sobrecosto
del financiamiento, aproximadamente por ocho millones de dólares.
Asimismo las incidencias de esa política hostil se han visto con
particular énfasis en el transporte de carga, afectado por el
difícil acceso a las piezas de repuesto para la reparación de
locomotoras, en su gran mayoría de procedencia estadounidense. En el
último año, al menos 280 viajes fueron cancelados por falta de
locomotoras y se dejaron de transportar unas 250 000 toneladas de
mercancías destinadas a la canasta básica familiar, con lo que el
mayor impacto lo recibió la población, además de los daños
económicos significativos para la empresa de ferrocarriles.
Este sector también se ha visto afectado por la
extraterritorialidad de la aplicación del bloqueo, ejemplo de ello
fue la violación cometida contra las navieras P&O Needlloyd (ex
cliente) y CMA-CGM (Francia), a las que les fueron confiscados
fondos con valor de 56 000 y 500 000 dólares respectivamente, por
haber realizado transacciones en dólares con la Terminal de
Contenedores de La Habana.
Los daños al transporte son solo una de las aristas de la
urdimbre con que Estados Unidos ha intentado allanar el camino hacia
la virtual "Cuba libre" de Bush y sus acólitos. Mientras los planes
de regresión continúan en el Norte, la comunidad internacional se
prepara para ofrecer su contundente rechazo el próximo 29 de
octubre.