MONTERREY,
México.— Hasta los primeros días de noviembre la obra de Wifredo Lam
continuará presidiendo la agenda de exposiciones del Museo de Arte
Contemporáneo de Monterrey (MARCO), donde la irrupción del maestro
cubano desde el último agosto ha generado un renovado interés por el
legado del autor de La jungla.
La muestra está integrada por 87 obras, 78 de ellas procedentes
de La Habana, realizadas por uno de los artistas latinoamericanos
más importantes del siglo XX. El artista cubano es reconocido
mundialmente por haber fusionado la herencia cultural afrocubana con
las vanguardias europeas y por desarrollar un lenguaje auténtico de
imaginación desbordante. El recorrido abarca distintas etapas de su
proceso creativo.
A los visitantes les ha llamado la atención sobremanera la tela
Del Tercer Mundo, proveniente del cubano Museo Nacional de
Bellas Artes, así como la contribución de otros importantes
coleccionistas e instituciones, como Juan Castillo Vázquez, sobrino
nieto del artista, que facilitó nueve piezas, obras de su colección
radicada en La Habana y los préstamos de cuadros de excepcional
importancia dentro de la trayectoria de Lam como Anamú, 1942
(Museo de Arte Contemporáneo de Chicago); Mujer caballo, 1949
(Museo de Arte Contemporáneo Rufino Tamayo); Umbral, 1950
(Centro Georges Pompidou, París), Cuando no duermo yo sueño,
1955 (colección FEMSA, Monterrey) y El indeseable, 1964
(Museo de Arte Moderno de la Villa de París).
Los especialistas regiomontanos agradecieron particularmente la
presencia semanas atrás de Rogelio Cobas, curador del Museo
habanero, quien les transmitió interesantes observaciones sobre el
derrotero artístico de Lam. "Wifredo Lam —dijo Cobas— es el artista
más universal de la plástica cubana, no sólo porque tuviera la
suerte de conocer a Pablo Picasso y André Breton, o de pertenecer a
la Escuela de París, sino por su capacidad de integrar y sintetizar
elementos culturales profundos que hasta ese momento no habían sido
explorados en la cultura afrocubana".