(Tomado
de una reciente entrevista concedida por Jorge Risquet Valdés a la
cadena televisiva japonesa TBS sobre la Crisis de Octubre)
¿Qué ambiente se vivía en Cuba durante la Crisis de Octubre? ¿Qué
experiencias nos puede narrar sobre los días de la Crisis de
Octubre?
Hay que tener en cuenta que en 1962, cuando surge la Crisis de
Octubre, nuestro pueblo había pasado por situaciones de emergencia
bélica nacional.
En enero de 1961, mes del cambio de poderes en Estados Unidos
entre el Presidente Dwight Eisenhower y el Presidente John F.
Kennedy teníamos informaciones que nos hacían temer una invasión
militar a Cuba.
Aquel mes de enero, las fuerzas armadas regulares y las unidades
de milicias, más de 200 mil hombres, se movilizaron y atrincheraron
en todos los lugares de posible desembarco.
La invasión no se dio en ese primer mes de 1961. Eisenhower se la
dejó preparada a Kennedy, este aceptó la maldita herencia. Esta fue
la invasión de Playa Girón. Los norteamericanos la llaman Bahía de
Cochinos.
En ese mes de abril de 1961, nuestro pueblo volvió nuevamente a
las trincheras.
Hacia octubre de 1962, nuestras fuerzas armadas revolucionarias,
incluyendo sus unidades de milicias, eran mucho más numerosas y
mejor equipadas.
De tal manera que, cuando Kennedy anunció públicamente el bloqueo
naval en torno a Cuba, horas antes ya nuestros combatientes habían
ocupado sus puestos de combate.
Al mediodía de aquel 22 de octubre, se anunció con especial
espectacularidad la comparecencia excepcional de Kennedy ante todas
las cadenas de radio y TV para las 19 horas, es decir las 7 de la
noche.
Ante ese hecho, dada la tensión que ya existía y por otras
señales que captamos, el Comandante en Jefe Fidel Castro ordenó a
las 15: 50 de la tarde, el Estado de Alerta y a las 17: 35 la Alarma
de Combate.
Al día siguiente, 23 de octubre, 279 000 hombres estaban
movilizados bajo las armas. Sumados los milicianos a cargo del orden
público, las brigadas femeninas sanitarias y otras fuerzas
auxiliares, la cifra de movilizados ascendió a 400 000 cubanos.
Puedo decirles que aunque yo trabajaba en la antigua provincia de
Oriente, primero como Jefe de Operaciones del Ejército Oriental,
luego como Segundo Secretario del Partido Comunista en aquella
provincia, ese día 22 de octubre me encontraba en La Habana por
cuestiones de trabajo.
También se encontraba en La Habana el Comandante Raúl Castro,
Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
En casos de crisis, como las movilizaciones de enero y de abril
de 1961, que les referí, Raúl se hacía cargo de la región oriental,
el Comandante Almeida de la Central, el Comandante Ernesto Che
Guevara de la Occidental en Pinar del Río y Fidel quedaba en La
Habana al frente de todo el país.
Esa noche del 22 de octubre, después del discurso de Kennedy,
Raúl y yo fuimos a entrevistarnos con el Comandante en Jefe. Estaba
en ese momento en el antiguo Palacio Presidencial, hoy es un Museo.
Nos recibió. Se le veía muy sereno, nos indicó que regresáramos a
Santiago, la capital de la antigua provincia de Oriente pero no por
avión, sino por carretera.
Tuvo tiempo para dedicarme un cuarto de hora a tratar un asunto
sobre la creación de granjas cafetaleras en las montañas de Oriente.
Me aprobó un proyecto de una granja de 800 hectáreas de café. Le
dije que sería la granja cafetalera más grande del mundo. Me replicó
que en Brasil las había muchos mayores. Mas le dije: "hablo de
granjas cafetaleras socialistas¼ "
Es decir, hubo tiempo hasta para reírnos. Tal fue el ambiente.
Encomendó a Raúl detenerse en la ciudad de Santa Clara e impartirles
las instrucciones al Comandante Almeida, Jefe del Ejército Central.
Así lo hicimos. Al amanecer, viajando en automóvil por la
carretera central de Cuba, ya en la región oriental, llegamos a un
puente custodiado por hombres armados, sin uniformes. El Ministro
decidió detener la marcha y hablar con ellos. Eran milicianos no
encuadrados en unidades.
Al oír la noticia de la movilización general y constatar que el
puente, cercano a sus domicilios, no estaba custodiado, decidieron
hacerlo ellos mismos, armados con sus escopetas de caza y sus
machetes de trabajo.
Este pequeño hecho puede darles una idea de la reacción de
nuestro pueblo.
Le llamamos la Crisis de Octubre, pero nuestras fuerzas armadas
estuvieron movilizadas hasta el 22 de noviembre, cuando cesó el
bloqueo naval a nuestra Isla.
¿Qué se pensaba en Cuba respecto a los EE.UU. en los momentos de
la Crisis de Octubre?
En Cuba no solo se pensaba sino que estábamos seguros de que
Estados Unidos preparaba una nueva agresión contra Cuba, pero no
como la de Playa Girón, con mercenarios cubanos, sino que estos se
utilizarían como pantalla y las principales serían fuerzas regulares
norteamericanas para derrocar al gobierno revolucionario y
reinstaurar su dominación neocolonial sobre Cuba, que nos impusieron
con su ocupación militar de la Isla en 1899, en medio de la heroica
guerra de los cubanos por su independencia de España.
Opresión neocolonial que se prolongó exactamente durante seis
décadas, hasta 1959.
Años después de la Crisis de Octubre, fue desclasificado el plan
secreto, llamado Plan Mangosta, que culminaba precisamente en
octubre, fecha en la que después de crear una situación de guerra
civil en Cuba, según la febril imaginación de los oficiales de la
CIA que dirigían el Plan, intervendrían las tropas estadounidenses.
Dicho plan era controlado personalmente por Robert Kennedy. Eliminar
al Comandante en Jefe siempre estuvo en los planes de la CIA.
En el primer semestre de ese año los grupos
contrarrevolucionarios organizados y equipados por la CIA y la
infiltración de grupos armados y agentes de esa Agencia, cometieron
miles de actos de sabotaje, espionaje e inclusive decenas de
asesinatos.
Ante ese peligro pedimos a la Unión Soviética que nos adelantara
el envío del armamento convencional, programado para el año
corriente y los próximos. Ante tal petición, el gobierno de la URSS
propuso la instalación de cohetes de mediano alcance portadores de
ojivas nucleares. Así se fueron desarrollando los acontecimientos
que culminaron en la Crisis de Octubre.
¿Qué piensan hoy los cubanos acerca de Estados Unidos?
Los cubanos pensábamos antes de la Crisis, durante la Crisis y
después de la Crisis hasta hoy, que todos los gobiernos de Estados
Unidos desde Eisenhower hasta W. Bush —tal vez con la excepción de
Carter— han pretendido destruir la Revolución Cubana e instaurar en
nuestro país un régimen títere de Estados Unidos.
La expresión más palpable e indiscutible es el genocida bloqueo
económico, casi cincuentenario, que nos impusieron desde antes de la
Crisis de Octubre y que se mantiene hasta hoy, más cruel y férreo
que nunca antes, que Bush ha llevado al extremo de restringir las
relaciones entre los cubanos que viven en Norteamérica y sus
familiares en Cuba.
Debo aclarar que Cuba no culpa al noble pueblo estadounidense,
sino a los gobiernos imperialistas que no cejan en sus siniestros
propósitos de destruirnos.
Japón fue víctima del lanzamiento de las bombas atómicas sobre
Hiroshima y Nagasaki. Estoy seguro de que el pueblo japonés no
atribuye ese acto genocida al pueblo norteamericano sino al gobierno
de Estados Unidos, encabezado entonces por Harry Truman.
Cuando estuve en Japón, aunque mis actividades se desarrollaban
en Tokio, me sentí obligado a ir a Hiroshima, a rendir tributo a los
mártires de uno de los más grandes crímenes de la historia
universal. Un verdadero Holocausto nuclear.